Hubo quiene
s no lo querían. Seguramente, los mismos que después quisieron
que no se pusiera más "la camiseta del Sevilla FC", tras ser expulsado ante el
Girona FC. Muy pocosrepararon en que aquella temporada
Éver Banega no podía más, en que
lo jugaba abslutamente todo, actuando
como mediocentro y con Franco Vázquez, un mediapunta, como único compañero en la zona ancha. Y no sólo eso, sino con
un tobillo maltrecho al que no le daba nunca tiempo de recuperarse.
Por eso, tras
el obligado parón por la pandemia, apareció un nuevo Banega. O, más bien,
el Banega de siempre. Lo que parecía
nuevo era su tobillo. Y, a su verdadero nivel, no es de extrañar que el
Sevilla FC acabase la temporada como un tiro y levantando
una nueva Europa League.
Los que creían que Banega se iba a Arabia Saudita a retirarse (los mismos, seguro) también estaban equivocados, según el nivel que está exhibiendo en el
Al-Shabab, tal y como muestran las estadísticas de
Stats Bomb.
El rosariano sigue
organizando el juego como nadie,
repartiendo asistencias, realizando
regates y provocando
faltas. Sin duda, un jugador de videojuego al que se le echa mucho en falta en un
Sevilla FC que, sin su criterio, de momento no se encuentra a gusto a la hora de montar ataques elaborados.
Obviamente, su marcha a una liga muy menor tuvo que ver con los económico (
30 millones de euros en tres años), pero los buenos juegan bien al fútbol donde sea.