El césped no estaba para muchas florituras y tampoco es que hubiese ningún jugador del
Sevilla FC en Linares que sobresaliese descaradamente, si bien puede decirse que fueron
Óscar Rodríguez y Oussama Idrissi, cada uno a su manera,
quienes decidieron el encuentro.
El ex del CD Leganés partía como
extremo derecho puro, con la idea de meterse
por dentro con balón para buscar algún disparo, mientras que el marroquí-holandés lo hacía en el lado izquierdo,
sin dejar de abandonar la cal y apareciendo
de manera más intermitente.
Óscar mostró
mucha movilidad, tuvo
un 90 % de acierto en pases (dio 50) y disparó
dos veces entre los tres palos. Ambos de falta: con el primero, aun probando desde muy lejos,
logró poner en apuros a Razak, por el extraño efecto y la fuerza que imprimió al cuero; mientras que el segundo, justo en la frontal del área, lo mandó al fondo de la red. Quizás, el exportero del Betis cometió el error de no poner un jugador pegado al otro palo, al que no podía llegar en la vida, pero eso
no debe restarle mérito al golpeo de Óscar, que superó la barrera antes de que el balón cayese en picado.
El 0-1, justo antes del descanso, dio mucha tranquilidad al cuadro de Lopetegui, que poco después de salir de vestuarios logró el segundo. Fue
en propia puerta, pero lo provocó Idrissi con un centro lateral, casi desde la línea de fondo, al que precedió
un interesante cambio de ritmo con el que logró dejar atrás a su par y procurarse un buen hueco por el que centrar. El ex del AZ volvió a dejar constancia posteriormente, con otras acciones similares, que tiene buen uno contra uno y que puede darle al Sevilla
la profundidad de la que no pocas veces carece.
La sensación, más allá de lo mostrado en Linares, es que ambos están infrautilizados por Julen Lopetegui, quien se entrega en cada encuentro a los
mismos 12 ó 13 futbolistas y a idénticos cambios. Óscar e Idrissi, sin embargo,
le piden más minutos.