Pese a que se le valoraba en lo futbolístico, el
Sevilla FC no dudó un segundo a la hora de deshacerse de
Quincy Promes, extremo a quien se fichó, extrañamente, para un entrenador que jugaba sin extremos (
Pablo Machín). Aun así, efectivamente, el holandés rindió, y bastante bien, haciéndolo incluso como carrilero.
La porterior llegada de
Julen Lopetegui al banquillo con su
4-3-3 le iba a venir de perlas a Promes, si bien Monchi necesitaba cash para reestructurar el plantel, el ex del
Spartak de Moscú era de los más vendibles y, además, en el seno de la entidad se tenía constancia de
varios episodios protagonizados por Promes en su vida privada que no gustaban. Uno de ellos,
el positivo en un control de alcoholemia que le hicieron de manera inesperada en Marbella.
Esta semana, se le sumó un nuevo escándalo, estando ya en el Ajax:
se le acusa de haber apuñalado a otra persona y, pese a que sus abogados dijeron posteriormente que es inocente,
se pasó dos días en el calabozo y sigue siendo inestigado. Pues bien, este sábado, curiosamente, no se deja de hablar en Holanda y en Rusia sobre
la posibilidad de que Promes regrese al Spartak.
En concreto, ha sido el diario
Sport-Express el que ha publicado el deseo se los rusos de volverse a llevar al extremo, al cual vendieron al Sevilla FC por
21 millones de euros, para, posteriormente, recalar en el Ajax, sólo un año más tarde, por
15,7 más bonus.
De ese modo, Promes volvería al lugar en el que explotó (llegó a ser máximo goleador de su liga) y el Ajax se quitaría
un aparente marró de encima. Como el propio Promes, quien desviaría el foco por el turbio asunto por el que e le podría juzgar y volvería a sentirse importante, algo que no logró ni en el Sánchez-Pizjuán ni ahora en el Amsterdam Arena.