Las tres victorias consecutivas en LaLiga después de una idéntica racha en el sentido contrario
ha devuelto al Sevilla a su hábitat natural en la zona alta de la tabla, en la la pugna por los puestos de Champions, de los que se había alejado por culpa del bache en el mes de octubre.
Un ciclo pésimo que ha dejado atrás
en noviembre con un pleno de triunfos, a los que se suman los dos ante el Krasnodar en Europa, que
le ha situado en la quinta plaza, a un solo un punto del cuarto, el Real Madrid, su próximo rival, y con dos partidos menos al iniciar el campeonato liguero en la semana tres.
Este retraso en su puesta en marcha no impidió que
en la jornada cinco ya ingresara en puestos europeos con sus triunfos ante Cádiz y Levante, colocándose sexto, puesto que mantuvo tras empatar en el Camp Nou y el más alto del Sevilla este curso hasta la disputa de la jornada actual. A partir de ahí,
los de Lopetegui se precipitaron en la clasificación, con un descenso continuo a medida que
iba acumulando derrotas -décimos tras perder con el Granada y el 13º con su fiasco con el Eibar-, hasta caer a la decimosexta plaza con la remontada sufrida ante el Athletic en San Mamés.
El Sevilla tocó fondo en su visita a Bilbao y, a partir de ahí,
inició una escalada con sus triunfos ante Osasuna, Celta y Huesca que lo ha llevado a trazar una 'V' casi perfecta en el gráfico de su trayectoria en la presente temporada, con
el pico más bajo en la jornada 8 y el más alto con la quinta posición a día de hoy. Un ascenso que lo ha puesto en su sitio habitual, en la zona noble de la tabla luchando por la Champions.