Recaló hace dos veranos en Nervión para otorgar
verticalidad y desborde a cambio del traspaaso más cuantioso de la historia del Sevilla y
en ningún momento disfrutó de protagonismo ni respondió a las expectativas. Lopetegui nunca confió en él y tampoco Rony Lopes aprovechó las oportunidades sobre el terreno de juego. Ante tal fiasco,
los nervionenses lo han cedido esta temporada con la esperanza de que se revalorice para recuperar lo máximo posible de lo invertido en un futuro traspaso.
Así,
Sevilla y Niza pactaron una opción de compra de 20 millones de euros, una cantidad a la que difícilmente haría frente el cuadro galo a menos que el internacional portugués firme una temporada espectacular. Y lo cierto es que
comenzó con mucha efervescencia, hasta el punto de convertirse muy pronto en uno de los puntales del ataque del Niza, evidenciando las cualidades por las que le fichó el Sevilla.
En la tercera jornada ya se había ganado la titularidad, primero
como extremo derecho y después en la media punta con libertad de movimientos, y en la novena, ejerciendo
en el costado zurdo, sumó
su primer gol en el Niza. A partir de ahí
ha perdido protagonismo, sobre todo en la Ligue 1, en la que suma dos partidos en los que ha partido desde el banquillo.
El técnico, Patrick Vieira, ha preferido utilizarlo en la Europa League, lo que no ha dado ningún resultado a pesar de sumar su primera asistencia, porque han caído en los dos choques contra el Slavia de Praga y virtualmente ya se han quedado fuera del Viejo Cointinente.
Tras quedar prácticamente eliminados, lo volvió a dejar en el banquillo en la liga y
queda por ver si lo recuperará para el once liguero una vez que Europa ya es una quimera o si se confirma su nuevo rol de suplente en el Niza, lo que convertiría en imposible que el club francés pagara lo pactado o se acercara a esa cantidad.