Con sufrimiento, el
Sevilla FC logró romper antes del parón, frente a Osasuna (1-0), una
dinámica negativa de tres derrotas seguidas en LaLiga. Venían los de Lopetegui de sumar un punto de los doce últimos en juego, un balance paupérrimo para un equipo que
quiere estar de nuevo entre los cuatro primeros clasificados. Pero, entre medias, los nervionenses han dejado al mismo tiempo
encarrilado su pase a la siguiente ronda de la Champions al alcanzar el ecuador de la Fase de Grupos con 10 puntos de 12 posibles, empate incluido en el feudo del Chelsea.
Sin duda,
no es sencillo compaginar con la máxima exigencia ambas competiciones. Así lo demuestra la historia para todos aquellos equipos que no son Real Madrid, Barcelona o Atlético, con un mayor fondo de armario dado su potencial económico, y así lo corrobora
el cansancio que ya se ha dejado notar en un Sevilla FC que ahora debe afrontar un intenso
esprint final de 11 partidos en 40 días en lo que resta de año, incluida la primera eliminatoria de
la Copa del Rey, para la que ya conoce sus posibles rivales.Se trata de la
sexta ocasión en la que el Sevilla FC compite en la Fase de Grupos de la Champions. Y su propia historia le demuestra que no ha sido nada fácil repetir en esas mismas campañas una nueva clasificación para la máxima competición continental, a la postre el
gran objetivo nervionense para esta 20/21, pues los ingresos que ello conlleva se antojan más necesarios que nunca para seguir creciendo en la delicada situación financiera en la que se encuentra inmerso el mundo del fútbol.
En la 07/08, la de la ‘espantada’ de Juande Ramos que acabó con Jiménez en el banquillo, el equipo alcanzó los octavos de la Champions, donde c
ayó ante el Fenerbahçe en los penaltis, y también fue apeado en la misma ronda de la Copa por el Barcelona merced al valor doble de los goles fuera de casa (1-1 y 0-0), pagando ese esfuerzo con un
quinto puesto en LaLiga, donde quedó empatado a 64 puntos con el cuarto, un Atlético de Madrid que le ganó el average particular al vencer en los dos partidos, si bien el cuadro sevillista ya no llegó con opciones de arrebatarle ese puesto en la última jornada.
Años más tarde,
en la 15/16, fue la única vez que no superó la Fase de Grupos de la Liga de Campeones, con Emery al frente. Esto le permitió caer a la Europa League y ganar su tercer título consecutivo, repitiendo la misma fórmula de clasificación para la Champions del año anterior. Además,
se alcanzó la final de Copa, perdida ante el Barcelona (2-0), pero en LaLiga, en cambio, el equipo dirigido por el entrenador vasco
sólo pudo ser séptimo, a 12 puntos del cuarto, el Villarreal. Y es que, cabe recordar que con Emery el Sevilla FC nunca finalizó entre los cuatro primeros en el campeonato liguero, el gran objetivo ahora deseado.
Del mismo modo,
en la 17/18, que comenzó Berizzo, continuó Montella y acabó Caparrós, el Sevilla FC hizo historia en la Champions al alcanzar por primera y única vez en su historia los cuartos de final, donde fue apeado por el
Bayern Múnich. También llegó de nuevo a
la final de Copa, siendo derrotado de nuevo por el Barça pero con una imagen mucho más pobre (5-0). Y en LaLiga, por contra,
hubo que sudar para amarrar el séptimo puesto, a 15 puntos del Valencia, cuarto, que daba acceso a jugar las competiciones europeas, previas incluidas.
Queda demostrado, por tanto, que
Lopetegui no lo tendrá nada fácil. Pero también tiene algún ejemplo positivo al que aferrarse y que incluso aspira a mejorar, pues en ambos casos
no se pasó de los octavos de la Champions. Fue el caso de la 16/17,
con Sampaoli en el banquillo. Hasta el mes de marzo, el conjunto nervionense, que por momentos peleó en lo más alto de la tabla, ofreció un gran rendimiento, pero
tras caer frente al Leicester en la máxima competición continental, el equipo adiestrado por el argentino sufrió un bajón en LaLiga (cinco jornadas seguidas sin ganar), pese a lo cual
acabó cuarto, con cinco puntos de ventaja sobre el quinto, topándose en la Copa con el Real Madrid en octavos.
También hay que valorar el ejemplo de
la 10/11, pese a que acabó con la destitución de Jiménez y la llegada de Antonio Álvarez en la recta final del curso. Clasificar al equipo para
la final de Copa del Rey, a la postre conquistada ante el Atlético, y alcanzar
los octavos de la Champions, donde se cayó ante el CSKA de Moscú, no fue suficiente rédito para un Jiménez al que se le exigía, como ahora a Lopetegui, acabar entre los cuatro primeros, lográndose el milagro en la última jornada, ya con Álvarez en el banquillo, a
l vencer en Almería con el recordado gol de Rodri y superar por un punto al Mallorca. Un éxito que de poco sirvió a la postre al caer al siguiente curso ante el Braga en la ronda previa, pero que habla a las claras de
la dificultad que entraña pelear al máximo nivel en todos los frentes abiertos.