No está siendo el mejor comienzo de temporada para
Lucas Ocampos. El extremo argentino anda negado de cara a portería y los dos únicos goles que ha anotado esta temporada han sido desde el punto del penalti, aunque cerca estuvo de quedarse sólo en uno.
Ayer, de nuevo como carrilero diestro ante la lesión de
Jesús Navas, el de Quilmes se fabricó una jugada dentro del área que
acabó en penalti tras ser derribado por Moncayola. El argentino cogió el balón como encargado de lanzar las penas máximas pero
Sergio Herrera le adivinaba la dirección para atajarlo.
Sin embargo, desde el
VAR avisaron a
Martínez Munuera de que el portero rojillo se había adelantado de la línea de gol a la hora del lanzamiento por lo que debía repetirse el penalti. Ahí fue el momento clave del partido. El
Sevilla tenía una nueva oportunidad para ponerse por delante y empezar a dejar atrás una mala racha liguera de tres derrotas consecutivas y cuatro sin conocer la victoria.
En el campo también estaba
Iván Rakitic, otro especialista a balón parado y que bien podría lanzar un penalti en cualquier momento. Sin embargo,
el croata tiró de experiencia de capitán para acercarse a Ocampos y
darle toda la confianza necesaria para marcar en ese momento tan delicado, como bien explicó el '5' tras finalizar el partido.
"El primero me lo ataja bien. El mundo se me vino abajo porque el gol no llegaba. Pero Iván
(Rakitic) me dijo que tirase tranquilo la repetición. Me hacía falta el gol. Me voy a casa contento por el gol y por el triunfo del equipo", añadió el internacional albiceleste en declaraciones a
Movistar.