Si hay algo en este mundo que emocione a Monchi más que el Sevilla FC, el equipo de sus amores, sin duda ésos son sus seres queridos. Sus hijos, su hija, su mujer, sus amigos, su ahijado... y, sobre todo, doña María Verdejo, que ha querido participar en la entrevista que el director general deportivo del Sevilla ha concedido a la televisión del club. La arenga de su madre ha obligado al de San Fernando a hacer un esfuerzo titánico por no romper a llorar. Con las lágrimas a punto de abrirse paso, ha sonreído cuando la persona que le vio la vida le pedía LaLiga. No obstante, ha puesto los pies en el suelo y ha restado presión a un vestuario del que se siente "muy orgulloso".
"Estoy muy contenta y feliz de que mi hijo esté en el Sevilla de su alma, lo tengo muy cerca, viene más veces a verme, así que estoy contenta. A ver si llegamos este año un poco más lejos y el Sevilla gana LaLiga, que sería lo más grande", decía doña María Verdejo en el programa 'A balón parado', de SFCTV. "Me llama cada vez que gana el Sevilla desde que mi padre murió y últimamente, también cada vez que empatamos ante uno de los grandes. Tiene un conocimiento de los jugadores que han pasado por el club impresionante, saben dónde están todos", explica Monchi, emocionado hijo que elogia la "memoria increíble" de "una persona que ahora con esto del virus no quiere ver la televisión, todo el día viendo fútbol, entrevistas... Estuvo más 'pallá que pacá' y estuvo ingresada 15 días, no sabíamos si saldría. Eso fue en febrero".
Fibra al margen, Monchi pisa el freno cuando le preguntan si el Sevilla aspira a ganar LaLiga: "No es el momento. A mí tampoco me sienta bien que queramos presionarnos, no podemos ser unos irresponsables, ni generar algo que no sea cierto. Necesitadnos consolidarnos en los puestos de Champions para acercarnos a los puestos de arriba. Si llegamos a 300 millones de facturación, creo que podríamos dar un salto importante, necesitamos eso".
"El único momento en el que pierdo un poco los papeles es la celebración de la Europa League", ha asegurado Monchi. "Me comprometí a coordinar el protocolo porque la UEFA era muy exigente. Ahí me liberé un poco, tuve ese momento de locura, pero fue un minuto. Cuento que no lloré en esa final, lloré en el pase, ahí no porque me puse el 'traje de la UEFA'", ha agregado.
Monchi volvió tras dos años en Roma y lo hizo para quedarse: "Algún día me tendré que ir. Le he quitado mucho tiempo a mi familia, amigos y a Monchi. Algún día tengo que devolver ese tiempo. Necesito vivir también un poco alejado de que me suene el teléfono. Creo que sé vivir de otra manera, pero nunca lo he probado. Esto no es decir me voy a ir mañana, pero tengo claro que me iré a mi casa, probé la posibilidad de salir, pero como dice mi madre soy un tío muy feliz de haber vuelto, más maduro. ¿Puedo vivir sin el Sevilla? Ni me planteo nada de eso, y eso lo he aprendido, estoy tan centrado en Granada, en el presente es donde puedes influir".