Ciro Immobile pasó por el
Sevilla Fútbol Club casi pasando desapercibido. El delantero italiano llegó a Nervión en la tercera temporada de
Unai Emery en el banquillo y el vasco apenas contó con él. No en vano, participó en un total 15 partidos pero en muchos casos jugandos pocos minutos (sumanto 687 en total) y pese a todo anotó cuatro goles.
El italiano no se vio con fuerzas para luchar por un puesto cuatro meses después de su llegada y en el mercado de enero se marchó
cedido al Torino y tras regresar en el verano de 2016,
Monchi lo acabó vendiendo a la
Lazio por una cifra que se filtró hace unos meses.
En Roma, Immobile está viviendo sus mejores años como futbolista, sobre todo la pasada temporada, donde sus 36 goles en 37 partidos en la Serie A sirvieron para meter a la Lazio en Champions y además para ganar la Bota de Oro por delante de goladores como
Lewandowski, Messi o Ronaldo.
"Si miras el palmarés,
Leo Messi y Ronaldo siempre se han alternado, el único que se metió ahí fue Luis Suárez. Ver mi nombre junto a ellos es simplemente increíble. Sin el
Balón de Oro este año, la Bota de Oro tiene un valor añadido", comentaba el italiano en una entrevista a
France Football.
Sin embargo,
Immobile tiene la espina clavada de sus dos experiencias en el extranjero, donde no rindió al nivel esperado, tanto en Dortmund como en Sevilla. "En Alemania podría haberlo hecho mejor, pero fue una experiencia desafortunada.
En el Sevilla nunca tuve la oportunidad de expresar mi potencial, siempre estuve en el banquillo incluso cuando merecía jugar", ha recordado el ariete italiano.