La inmediatez del mundo del fútbol ha dejado ya en el tintero el partido del
Sevilla en el
Camp Nou, empatando a uno frente al
Barcelona, un marcador que, incluso, supo a poco para los nervionenses tras el partidazo realizado, lo que evidencia el cada vez mayor crecimiento del cuadro sevillista.
El último día del mercado de fichajes privó de un debate sosegado y reflexivo de la actuación de los de Julen
Lopetegui, que como ya ocurriera ante el
Bayern de Múnich en la final de la Supercopa de Europa, no vencieron, pero sí estuvieron a la altura y tutearon a uno de los gigantes del continente. El planteamiento del entrenador de Asteasu fue perfectamente interpretado por sus jugadores, destacando varios de ellos, aunque, de nuevo, fue
Koundé quien se llevó mayor número de elogios.
Un año le ha bastado al ex del Girondins de Burdeos para convertirse en el nuevo acierto y presumible próximo millonario traspaso bajo la firma de
Monchi. 20 + 5 millones de euros costó el pasado verano, cifra que se cuestionó dada la juventud de Koundé, cuya cotización ha subido como la espuma.
El Manchester City de Guardiola llegó a poner 70 millones más el traspaso de Otamendi este verano por el galo, propuesta que el Sevilla no aceptó dada la importancia de la temporada venidera y de la joya que tiene entre las manos.
En el Camp Nou volvió a salirse. Según @OptaJose, Koundé completó 92 acciones ante el Barcelona, más que cualquier otro defensa central en un partido de LaLiga frente a los blaugranas en su feudo desde, al menos, la 05/06. Su mayor contundencia es su nivel de acierto en sus actuaciones, completando su gran papel con 82 pases, un partido reconocido por los lectores de Estadio Deportivo en la
#EncuestaHelvetiaED, en la que el francés fue elegido como mejor jugador del Sevilla contra el Barcelona, seguido muy de cerca por Fernando, otro de los destacados.
Cada actuación de Koundé mejora la anterior, constata un gran presente y vislumbra un futuro esplendoroso, ya que apunta a ser el central más dominante en los próximo años. Velocidad, inteligencia táctica, calidad con el balón, un portentoso salto, nervios de acero… el sevillista lo reúne todo.