La salida de Vitolo en el verano de 2017 ha sido uno de los episodios negros en la reciente historia del
Sevilla FC. Tras cuatro cuatro temporadas en las que ofreció un gran rendimiento como nervionense, el canario
decidía marcharse de la peor forma posible, dejando retratado al presidente José Castro, quien anunció su renovación y al día siguiente veía cómo el internacional se marchaba prácticamente a escondidas a la capital de España, junto a su padre, para
depositar en LaLiga su cláusula de 35,8 millones de euros y firmar por el Atlético de Madrid, donde su carrera deportiva ha ido claramente a menos.
Para más inri, el club colchonero, por entonces
sancionado por la FIFA sin poder fichar por su mala praxis en las contrataciones de jugadores en formación, se inventó como argucia
una cesión a Las Palmas durante la primera mitad de dicha temporada. Y contra todos ellos cargó el Sevilla FC, denunciando a Vitolo, a su padre, a su agencia de representación, a Las Palmas y al Atlético, al entender que
se incumplía un acuerdo de renovación que las partes habían aceptado "mediante mensajes de Whatsapp y correos electrónicos", según explicó en su momento Castro, que entendía que
la nueva cláusula del canario se incrementaba en 10 millones de euros.Además, la entidad de Nervión
se negó a pagarle el 12,5% de la plusvalía generada por la venta del futbolista a Las Palmas, como acordaron ambos clubes en 2013, al entender que no debía hacer frente a ese pago al no ser un traspaso en sí, sino una salida vía cláusula. Sin embargo, en mayo de 2018, el Tribunal Arbitral del Fútbol (TAF) estimaba la demanda que interpuso a su vez el conjunto insular contra el Sevilla FC, al que
condenaba a pagar 4,1 millones de euros, más el impuesto correspondiente, por ese citado 12,5 %, sentencia que recurrieron los nervionenses y que fue ratificada hace un año por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que
añadió a la pena los intereses y las costas.Contra dicha sentencia aún
cabe recurso ante el Tribunal Constitucional, pero las aguas parecen haber vuelto a su cauce y, según ha anunciado el propio jugador a través de sus redes sociales,
se ha llegado a un acuerdo para zanjar este asunto; en su caso, antes de acudir al juicio por la denuncia de su ex equipo, pues se trata de dos pleitos paralelos. En este caso, el Sevilla FC le reclamaba los 10 millones de más en los que entendía que había quedado fijada su nueva cláusula al renovar verblamente, de los cuales,
tras el pacto alcanzado, abonará finalmente 2,5 kilos, según informa IUSPORT, con lo que se pone punto y final al caso.
“Me siento feliz porque se cierra el conflicto que comenzó hace tiempo. Agradezco el esfuerzo personal y plural por todos, al tiempo que
pido disculpas al Sevilla FC, a su presidente y a su afición por lo ocurrido en este proceso. Se pudo hacer mejor y por eso hoy me siento satisfecho de que todo esto acabe bien”, ha asegurado Vitolo, que reconoce de este modo sus malos modos a la hora de marcharse del club de Nervión, lo que le convirtió en
persona ‘non grata’ para la afición sevillista en sus primeros regresos al Pizjuán, si bien poco a poco ha ido pasando desapercibido, pesando más la indiferencia de la grada.