El ofrecimiento de
Raúl de Tomás se recibió
con agrado en Nervión porque, a priori,
se daban una condiciones que cuadraban en el margen de acción del Sevilla, por la existencia de una
cláusula que en caso de descenso
le permitía acogerse a la posibilidad de salir cedido a un Primera.
Dicha cláusula se contempla en el contrato que firmó con los pericos el invierno pasado, pero desde el club blanquiazul y en Barcelona
se insiste en que esta opción liberatoria ya ha caducado y que por ende para un préstamo se necesita el consentimiento del Espanyol,
cerrado a día de hoy a la posibilidad de cederlo. Por tanto, quedaría eliminada la vía de hacerse con los servicios de Raúl de Tomas sin desembolso, lo que condiciona a un Sevilla sin intención de realizar una importante inversión por el delantero, y menos en las cifras que pedirían los catalanes.
Así, según apuntan en la Ciudad Condal, el Espanyol no pretende sólo
recuperar la inversión realizada en enero -ha pagado 22,5 millones al Benfica- sino
ingresar una plusvalía significativa de la que los lusos se quedan el 20%. Por ende,
el Espanyol exige un mínimo de 30 millones, la mitad de su cláusula de rescisión, pactada en 60 kilos.
No obstante, cabe apuntar que el club albiazul está obligado a aligerar la masa salarial, siendo la de RDT una de las más elevadas- y obtener rédito con alguna operación para sanear sus cuentas, por lo que
las condiciones pueden bajar en los días que restan de mercado, a lo que, eso así, no ha contribuido que se le haya
relacionado con el Barça en las últimas horas. El futbolista quiere regresar a Primera, si bien en las condiciones actuales, del Sevilla, desde luego, no entra en juego.