Kumbulla, el central que quiere Monchi para suplir a Diego Carlos

Kumbulla, el central que quiere Monchi para suplir a Diego Carlos
- J. L.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
El presidente del Hellas Verona, Maurizio Setti, revelaba la pasada semana que "muchos clubes importantes" están interesados ??en el central Marash Kumbulla. El joven defensa albanés, de sólo 20 años, se ha destapado en la Serie A como uno de los jugadores con más futuro en esa posición del continente.

Su valor actual, a esa edad y en la posición que ocupa, ya alcanza los 25 millones de euros. Ante esto, Inter y Nápoles en Italia, además de otros clubes extranjeros (Tottenham) han puesto sus ojos en él. Y el Sevilla FC no se ha quedado atrás.

Según ha podido saber ED, el club de Nervión está muy interesado en Kumbulla e iría a por él si Diego Carlos se marcha. A Monchi le gusta mucho el jugador albanés y es desde hace tiempo una de las primeras opciones que baraja si alguno de los clubes británicos que se interesaron hace algunos meses por el central brasileño hacía una oferta que se acercara a los 75 millones de la cláusula.

A día de hoy, el Hellas está tasando a Kumbulla en unos 30 millones de euros, pero aceptaría negociar por algo menos de dinero más algún jugador. "El chico tiene la cabeza para estar en los diez mejores clubes del mundo", asegura el presidente del Hellas.

"Tenemos muchas ofertas, todas de los mejores clubes. Siempre hemos creído en Kumbulla, rechazando ofertas muy grandes cuando estaba en la cantera", indicaba Setti a Il Giorno. Hace semanas, su traspaso al Inter se daba por hecho, pero la operación se ha enfriado.

El Sevilla, por su parte, también ha visto cómo el interés por Diego Carlos se ha enfriado en las últimas semanas por culpa de sus errores en los ultimos partidos de la Europa League, lo que para el club de Nervión, en parte, ha supuesto un alivio, pues aún no quería desprenderse de él y mucho menos estar sometido a la incertidumbre de que se lo quitaran en el último momento. Por si acaso, Monchi ya se había cubierto las espaldas.