La Supercopa de Europa está cada vez más cerca, pues se disputa el 24 de septiembre en Budapest, y paso a paso se desvelan
más datos interesantes acerca de la nueva final que jugará el Sevilla tras conquistar su sexta Europa League. Así, será el pimer partido en la elite continental con público, con la ocupación de
un tercio del aforo del Puskas Arenas, para lo que
el pasado lunes se pusieron a la venta las entradas.El siguiente paso ha sido
la oficialidad del balón que se utilizará en la Supercopa de Europa, que, según anunció la UEFA en enero, está diseñado por niños.
El propio Sevilla lo dio a conocer a través de sus redes sociales y se trata, lógicamente,
de una edición especial que, como todo lo relacionado con el fútbol ydel mundo del deporte en general,
se ha visto 'afectada' por la pandemia.
No en vano,
en el balón aparece impreso el nombre de Oporto, la ciudad que en primera instancia iba a albergar esta final, lo que, obviamente, habría facilitado la presencia de sevillistas por cercanía en comparación con la nueva sede. En cambio, la crisis generada por el Covid-19, que propició que
la final de la Champions se jugara en Lisboa,
ha provocado que se cambie la ciudad anfitriona y la final se traslade a Hungría, más concretamente a Budapest, quedando en el balón la huella de la primera sede elegida.