El fichaje de
Ben Chilwell, procedente del
Leicester, a cambio de más de 50 millones de euros ha cambiado las prioridades del Chelsea e, indirectamente, ha afectado al
Sevilla FC. No sólo porque
le va a permitir entrar de lleno en la pugna por
Reguilón, al que el club londinense pretendía y por el que había empezado ofreciendo 25 millones de euros, una cifra muy por encima de lo que el Sevilla querría llegar, sino porque le abría la puerta a otra de las opciones que se barajan desde Nervión como es Marcos Alonso, algo que le permitiría a
Monchi renovar completamente el carril zurdo.
Como ya dijimos hace semanas, esta última opción se baraja desde hace tiempo, pero las exigencias económicas eran altas y para que pudiera salir adelante
se tendrían que dar una serie de circusntancias que cada día estan más cercanas.
Y no es sólo porque a Monchi le guste un jugador del nivel del lateral madrileño sino porque es el propio Chelsea el que está 'deseando' desembarazarse de él. Y más si como todo hace indicar cerrarán en los próximos días el fichaje del delantero alemán
Kai Havertz por una cifra cercana a los 100 millones.
El precio de
Marcos Alonso ronda los 20 millones de euros, pero ahora es Chelsea el que tiene prisa y el que está dispuesto a hacer concesiones. Según publica Sky Sports, los blues necesitan rebajar la masa salarial después de convertirse en los reyes del verano, son los que quieren por todos los medios soltar al propio Marcos Alonso y se lo habrían ofrecido al
Sevilla FC.Los 'blues' han dejado salir este verano a ocho jugadores, pero salvo los pagos atrasados que tenían el Atlético y el Atalanta con Morata y Pasalic, apenas han ingresado dinero. Sólo los tres millones que ha pagado el
Atlético Mineiro por Nathan.
Willian y Pedro se han ido gratis y los otros tres eran cedidos. Y, en cambio, ya suman 143 millones en refuerzos, a los que se debe sumar los de Havertz y los que deberá pagar por un portero, otro puesto por el que están apuntando alto.
Marcos Alonso, hijo del que fuera
entrenador del Sevilla en los años noventa, también está por la labor. Su puesto en el
Chelsea, donde ya tenía una dura competencia con
Emerson y Azpilicueta -que a a veces juega a banda cambiada-, se vería relegado aún más con la llegada de Chilwell.