Fue, sin lugar a dudas, el gran protagonista del partido de este jueves en La Catedral. Éver Banega lideró de principio a fin a un Sevilla que sufrió con el gol en contra del Athletic, inmerecido según lo que se estaba viendo en el terreno de juego, pero que remontó en la segunda parte merced a un tanto de libre directo del argentino, que aprovechó una falta bien provocada en la frontal por Munir, y con un cabezazo inapelable del hispano-marroquí, que recibió un centro tenso y perfecto del '10' nervionense.
"La verdad es que fue un partido difícil en un campo extremadamente complicado. Pocos sacan puntos de acá, pero nuestro objetivo es la Champions y, con el triunfo, nos acercamos", reconocía el ex del Valencia ante las cámaras de televisión en zona mixta, donde siguió relatando: "En la primera parte, por momentos, jugamos bien, pero no hicimos el daño que queríamos al rival. Se encontraron con el gol y se nos puso cuesta arriba, pero sabíamos que no teníamos margen de error, por lo que fuimos a por la remontada".
Con todo, Banega cree que "no está nada dicho" en la lucha por la Champions, porque "aún quedan muchas jornadas", por lo que "hay que seguir con humildad y respeto" hasta el final. Sobre su golazo de falta, se quitó méritos: "Por suerte, me dejaron tirarla los compañeros. Me encontraba con confianza y la metí".