El Sevilla se llevó con justicia el derbi más incierto de los últimos años, el que debió jugarse en el ecuador de marzo y que este 11-J lució descafeinado, con un estado de forma general más propio de la pretemporada y sin público en las gradas por mor del maldito bicho. Bien es cierto que el penalti que permitió a los de Lopetegui abrir el marcador es, como poco, discutible, pero tampoco podía esperarse que Mateu Lahoz pasara desapercibido. Con todo, el balón fue siempre blanquirrojo, como las oportunidades más claras, por lo que siempre pareció cuestión de tiempo que el desequilibrio de la clasificación terminase imperando.
De inicio, Rubi apostó por una alineación para intentar tener la pelota, con Canales y Aleñá escoltando a Guido, y buscando verticalidad y desequilibrio por fuera con Fekir y Tello, ejerciendo Borja de referencia. Y la puesta de largo, con una presión alta y agresiva sobre Vaclík y los centrales nervionenses, invitaba a pensar en otro panorama, aunque la realidad deparó un control absoluto del anfitrión, que tocó más y mejor. Los de Lopetegui, de hecho, fueron los únicos que crearon peligro de verdad antes del descanso. Así, a los diez minutos, nadie de verdiblanco salió al paso de Ocampos, que se coló como quien no quiere la cosa para armar el disparo desde el vértice del área, un derechazo que repelió la cruceta. En el 21, Koundé cabeceó solo y a bocajarro un córner ensayado del Sevilla, aunque no atinó entre palos. Como De Jong al filo de la media hora, cuando conectó un testarazo cruzado a pase de Munir que rondaría el poste. Por parte bética, apenas un par de amagos 'interruptus' de Fekir y un zurdazo desde la frontal de Canales que se marchó muy alto.
Sobre la bocina, pausa de hidratación incluida, volvió a avisar el ex del Marsella, que confió en su disparo desde fuera del área en una contra de libro en vez de profundizar, por lo que Joel no tuvo demasiados apuros para despejar de puños. Fue la última acción de un primer tiempo, como se esperaba, desangelado y preñado de imprecisiones. Un derbi, por desgracia, descafeinado. Una nueva realidad a la que habrá que acostumbrarse, de momento en lo que queda de temporada 19/20, pues los mensajes contradictorios, muchos esperanzadores, que lanzan los políticos de turno carecen de consistencia.
En la reanudación, más de lo mismo. De hecho, el 1-0 pudo llegar enseguida, merced a una colada de Navas cuyo pase atrás no logró apuntillar Joan Jordán, al tiempo que Joel se lanzó bien al suelo a renglón seguido para capturar el intento a la media vuelta de Munir. Con Feddal en el campo en lugar de Sidnei, el Betis 'masticaba' las jugadas en su feudo, sin encontrar luego fluidez para que sus ataques resultaran reseñables. El Sevilla embotelló a su oponente de manera flagrante, obteniendo premio a los ocho minutos: Bartra salta sobre De Jong y se apoya con su antebrazo en la nuca del holandés, una acción 'light', aunque interpretable, por lo que el VAR permitió que prevaleciera el criterio del colegiado. Ocampos engañó a Joel y puso el 1-0 en el marcador.
Protestaron mucho los heliopolitanos, si bien no había ya marcha atrás. Rubi metió a Lainez por Tello para refrescar su once en la media hora final, aunque Koundé estuvo cerca de cazar un centro al área de Óliver. Forzó el córner Feddal, antesala de la previsible sentencia: córner al primer palo que Lucas Ocampos metió en el área de tacón para que Fernando, a quemarropa, cabeceara al fondo de las mallas. Estaba claro que era un momento clave, aprovechado por los de Lopetegui para noquear a un vecino grogui tras caer por vez primera a la lona. Se ponía el encuentro perfecto para los blanquirrojos, especialistas en manejar marcadores favorables y castigar al contragolpe.
Tiró de orgullo el Betis, despidiéndose Borja Iglesias con su única ocasión clara, pero su testarazo a centro de Álex Moreno se fue demasiado cruzado. No daba la sensación de que el derbi fuera a virar, si bien el míster nervionense recurrió a Banega para tener la pelota y que el tiempo pasara más rápido, amén de apostar por En-Nesyri para atacar los espacios a la espalda de una zaga verdiblanca obligatoriamente adelantada. Una combinación entre Lainez, Emerson y Loren devolvió cierta esperanza a las huestes visitantes, pero hizo el mismo daño que el tiro mordido de Pedraza, aunque, al menos, el cordobés lo coló entre palos.
A cuatro del epílogo, Joaquín y Fekir se aliaron con clase, abortando Diego Carlos de forma acrobática el lanzamiento del portuense, que buscaba el palo largo de Vaclík. Poco más deparó el derbi, entre otras cosas porque el Sevilla contemporizó y el Betis, con los cinco cambios realizados, terminó con diez y medio por unas molestias de Bartra, que volvió al terreno de juego para que no hubiera más sangre. Incluso, Koundé rozó el tercero de cabeza. Pocas conclusiones pueden extraerse, más allá de que las inercias importan poco o nada, amén de que los blanquirrojos afianzan su plaza de Champions y los verdiblancos ven cada vez más lejos su sueño de remontar en pos de la séptima plaza.
FICHA TÉCNICA.-
Sevilla F.C.: Vaclík; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón (Escudero 80'); Fernando, Joan Jordán, Óliver Torres (Franco Vázquez 80'); Ocampos (Banega 71'), Munir (Suso 74') y De Jong (En-Nesyri 71').
Real Betis: Joel; Emerson, Bartra, Sidnei (Feddal 46'), Álex Moreno (Pedraza 78'); Guido Rodríguez; Fekir, Canales, Aleñá (Joaquín 69'), Tello (Lainez 60'); y Borja Iglesias (Loren 69').
Árbitro: Mateu Lahoz (valenciano). Amarillas a los visitantes Emerson y Bartra.
Goles: 1-0 (56') Ocampos, de penalti; 2-0 (62') Fernando.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 28ª jornada de LaLiga, aplazada el pasado 15 de marzo (como el resto de la competición) por el coronavirus de Wuhan. El choque se ha disputado casi tres meses más tarde a puerta cerrada por exigencias del protocolo sanitario del Ministerio de Sanidad y el Consejo Superior de Deportes. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Marcelo Campanal, ex capitán del Sevilla F.C. (a quien su equipo dedicó este jueves su camiseta), y de todos los fallecidos por la Covid-19.