Inés Herrera: "Estoy enamorada de la portería"

La entrenadora de porteras de las categorías inferiores femeninas del Sevilla F.C., Inés Herrera, valoró este jueves su experiencia en la estructura nervionense. "Tras ganar con el Levante UD la Copa de la Reina, me llamó el Sevilla F.C. y no lo dudé ya que desde siempre decía que tenía que venir a Sevilla a vivir y se me dio la oportunidad y haciendo además lo que más me gusta", recuerda la burgalesa sobre sus inicios.
"El fútbol femenino ha cambiado bastante, ya es profesional. Con el centenario del Sevilla se hizo el equipo femenino y nos trataron de manera profesional y estaba muy a gusto aquí, apostaba por el proyecto que se iba hacer y decidí quedarme hasta el día de hoy. Mi filosofía de vida es aprender de cada momento y creo que de lo malo se aprende más, porque de lo bueno disfrutas pero en lo malo hay que luchar", añade Herrera, que insiste en que ser portero es "una filosofía de vida".
De hecho, reconoce que de volver a nacer no se lo pensaría dos veces y repetiría al dedicar su vida a todo lo que significa la defensa bajo los tres palos. "Es algo diferente y estoy enamorada de la portería, siempre digo que si volviese a nacer sería portera, porque todo lo que da la portería es muy bueno. Es un puesto muy solitario, tienes que estar muy fuerte mentalmente, te achacan muchas cosas, somos los grandes olvidados de los partidos a no ser que sea un buen partido para ti. Soy zurda, empecé jugando por la izquierda y tras una lesión de una portera me enamoré y me quedé. La portería del Sevilla... es un orgullo haber defendido el escudo como portera y en la etapa de ahora como entrenadora de porteras", sostiene.
De su etapa con los guantes enfundados mantiene un grato recuerdo del partido en Oiartzun del penúltimo ascenso, uno de los muchos momentos especiales que guarda en su retina. "Creo que ese partido fue de los más bonitos para mí como futbolista y por lo que se vivió. Cuando quedamos segundas, a un gol, fue una temporada algo complicada y ya también como jugadora en las que hay rachas que no son para ti habiendo jugadoras mejor... es complicado vivirlo, pero es enriquecedor porque hace que saques lo mejor de ti", apunta.
Herrera también repasó su experiencia al frente de la coordinación del proyecto, que culminó con un sufrido encuentro en Canarias: "Empecé con la coordinación y con los entrenamientos de portera, cambiando los guantes y las botas por un poquito de despacho y manejar todo. Yo soy más de guantes, botas y césped, es una cosa muy diferente ya que se disfruta mucho más el contacto con las jugadoras, de cómo se sienten, del olor del césped... la coordinación fue bastante complicada, pero se superó, se trabajó y las jugadoras y el cuerpo técnico hicieron que todo eso se hiciera realidad con el ascenso. Vivirlo desde la grada fue horrible, el presidente estaba con nosotros y fue para vivirlo y recordarlo, pero la recompensa está en que el Sevilla está en Primera", recuerda.
"El fútbol femenino ha cambiado bastante, ya es profesional. Con el centenario del Sevilla se hizo el equipo femenino y nos trataron de manera profesional y estaba muy a gusto aquí, apostaba por el proyecto que se iba hacer y decidí quedarme hasta el día de hoy. Mi filosofía de vida es aprender de cada momento y creo que de lo malo se aprende más, porque de lo bueno disfrutas pero en lo malo hay que luchar", añade Herrera, que insiste en que ser portero es "una filosofía de vida".
De hecho, reconoce que de volver a nacer no se lo pensaría dos veces y repetiría al dedicar su vida a todo lo que significa la defensa bajo los tres palos. "Es algo diferente y estoy enamorada de la portería, siempre digo que si volviese a nacer sería portera, porque todo lo que da la portería es muy bueno. Es un puesto muy solitario, tienes que estar muy fuerte mentalmente, te achacan muchas cosas, somos los grandes olvidados de los partidos a no ser que sea un buen partido para ti. Soy zurda, empecé jugando por la izquierda y tras una lesión de una portera me enamoré y me quedé. La portería del Sevilla... es un orgullo haber defendido el escudo como portera y en la etapa de ahora como entrenadora de porteras", sostiene.
De su etapa con los guantes enfundados mantiene un grato recuerdo del partido en Oiartzun del penúltimo ascenso, uno de los muchos momentos especiales que guarda en su retina. "Creo que ese partido fue de los más bonitos para mí como futbolista y por lo que se vivió. Cuando quedamos segundas, a un gol, fue una temporada algo complicada y ya también como jugadora en las que hay rachas que no son para ti habiendo jugadoras mejor... es complicado vivirlo, pero es enriquecedor porque hace que saques lo mejor de ti", apunta.
Herrera también repasó su experiencia al frente de la coordinación del proyecto, que culminó con un sufrido encuentro en Canarias: "Empecé con la coordinación y con los entrenamientos de portera, cambiando los guantes y las botas por un poquito de despacho y manejar todo. Yo soy más de guantes, botas y césped, es una cosa muy diferente ya que se disfruta mucho más el contacto con las jugadoras, de cómo se sienten, del olor del césped... la coordinación fue bastante complicada, pero se superó, se trabajó y las jugadoras y el cuerpo técnico hicieron que todo eso se hiciera realidad con el ascenso. Vivirlo desde la grada fue horrible, el presidente estaba con nosotros y fue para vivirlo y recordarlo, pero la recompensa está en que el Sevilla está en Primera", recuerda.