Cuando
Rakitic puso rumbo al
Barcelona costaba creer que
Monchi encontrara un sustituto a la altura del croata, pero llegó
Banega y ocupó con creces el vacío que había dejado en el
Sánchez-Pizjuán. Ahora, seis años después,
Monchi anhela realizar la operación a la inversa una vez que el rosarino acaba su contrato y se marcha de Nervión.
El isleño nunca ha escondido su deseo de recuperarle ni Rakitic el de volver algún día a la que considera su casa, y hace tiempo que se especula que
este verano podría producirse el reencuentro, incluso que
ya habría habido movimientos en esta dirección por parte de los nervionenses. Pero, lo cierto, es que
deben darse muchos factores para que este regreso sea realmente factible y más en un mercado extremadamente diferente por la crisis del coronavirus.
Cuadrar económicamente esta operación en la calculadora sevillista requiere que los
todos los actores pongan de su parte en el aspecto financiero,
porque, de lo contrario, resultaría inasumible para el Sevilla. De hecho lo es en los términos que se manejan a día de hoy, pero no sólo para los hispalenses, también para los otros equipos que le pretenden en España, como
Villarreal o
Valencia y casi para el Atlético.
En este sentido, por encima de las pretensiones del Barça para traspasarlo,
la clave reside en la postura del jugador en cuanto a su ficha, porque el pase al Sevilla únicamente cabe en un escenario en el que
el centrocamposra renuncie a parte de la ficha que percibe en el Barcelona, que asciende a
7,8 millones netos. Los nervionenses accederían a pagarle un salario elevado, prorrateado en varias temporadas, pero quedaría lejos de sus emolumentos en Camp Barça.
El problema reside en que
Rakitic, a sus 32 años, pide tres temporadas de contrato y,
según ha podido saber ED,
actualmente no se plantea reducir ni un euro sus exigencias, a sabiendas, además, de que
le han puesto sobre la mesa sueldos aún mayores por parte de clubes de fuera que le ofrecen 8,2-8,5. Cifras que se escapan por mucho de las posibilidades de los de Nervión, que se verían obligados a renunciar a su deseo si Rakitic no cambia de idea y ajusta su sueldo a la capacidad monetaria nervionense.
Y es que a estas cantidades prohibitivas hay que sumarle
lo que exigirá el Barcelona por sus traspaso,
difícilmente menos de 15 millones de euros, con más razón tras la llegada de
Setién, que, al contrario que
Ernesto Valverde, sí ha contado con él. Suponiendo que lo vendierá por 15,
la operación para traer a Rakitic se pondría en casi 40 millones de euros, a un abismo de los márgenes del Sevilla.
No obstante, todavía resta mucho tiempo por delante y las vicisitudes de un mercado condicionado por la crisis económica que se avecina podrían variar los elementos de la ecuación, como que
Monchi le convenciera y Rakitic se replantera sus exigencias para volver a donde se le recibirá como un ídolo y con una ficha nada desdeñable… A día las números son los que son.