Talismán del
Sevilla durante años (no en vano, llevó los mandos en los vuelos de su equipo a las tres finales seguidas de la
Europa League que ganó en
Turín, Varsovia y Basilea), el piloto de aviones
Alejandro Díaz pasó este lunes por el espacio 'Sólo el Sevilla' de
SFC Radio.
Una charla en la que confesó que durante los últimos días ha estado realizando
labores de repatriación de españoles por la crisis del coronavirus COVID-19, con la
India como destino más reciente. "Los pasajeros, que llevaban más de diez días esperando para ser repatriados a España, estaban francamente nerviosos por si la cosa iba a salir. El vuelo estuvo a punto de cancelarse el día antes por falta de permisos. Cuando nos vieron entrar por la terminal la explosión de júbilo fue importante. Significaba el poder volver a casa después de una situación muy complicada", explicaba.
Díaz acotaba al respecto que finalmente fueron
más pasajeros de los previstos, 232, ya que la intención era "traer a cuantos más españoles posibles". "La semana pasada también estuvimos trayendo gente de
Surinam y también en
Sierra Leona y en
Costa de Marfil para repatriar misioneros americanos. Teníamos previstas más repatriaciones de españoles desde
Miami y desde
Filipinas. Estamos a la espera de los permisos de vuelos y ya a proceder si hay ocasión para traerlos de vuelta a casa", aclaraba este insigne aficionado sevillista, que también llevó a la selección española a la
Eurocopa de 2008 y a la de
2012, ambas conquistadas.
Díaz admitió durante la entrevista que encaja como todo "un orgullo" el haber sido el piloto del club nervionense durante todos los títulos, así como el que la gente se acuerde de él por tal curiosidad. "
Son 12 años volando con el Sevilla F.C. y ahora siguen volando con nosotros. Yo cambié de avión para tener más capacidad, por lo que ahora tienen que ser partidos muy potentes para que llenemos ese avión y yo sea quien lo pilote. El último fue el de
Mánchester, donde nos trajimos la importante e histórica victoria en
Champions", apuntó el piloto, satisfecho por haber ayudado con su "granito de arena". "Siempre me han tratado como uno más y para mí es un orgullo2, insistió Díaz, incapaz de elegir un solo momento de entre las muchas alegrías vividas.