Con tiempo para planificar y organizar la temporada que viene, que todo sea dicho estará condicionada por lo que suceda en las próximas semanas, los clubes intentan adelantar trabajo, encauzar fichajes prioritarios e ir resolviendo situaciones que despejen un mercado que se prevé complejo y complicado por el escenario que dibuja el
coronavirus.
Sobre este escenario se mueve el
FC Barcelona, que tiene claro los objetivos, pero que depende en gran medida de lo que le dejen en caja las salidas. Por ello, desde la dirección deportiva azulgrana ya se le ha trasladado a los jugadores que pretende poner en el escaparate su situación, entre ellos a un
Rakitic que cuenta con importantes ofertas y por el que esperan sacar una cantidad cercana a los
20 millones de euros, bien sea por un traspaso directo, bien dentro de una operación como moneda de cambio.
Tras una charla con
Eric Abidal, Rakitic ya conoce de boca del propio club sus intenciones, al tiempo que él también ha puesto sus cartas sobre la mesa. Su deseo es seguir en LaLiga y, a ser posible, en el Sevilla FC. El aspecto económico no es lo que mueve al centrocampista croata, que ya rechazó en el pasado ofertas de mayor calado, pero en Can Barça tienen otros planes y temen que la situación se encone y termine convirtiéndose en un culebrón.
Sus guiños al club de Nervión son constantes en las últimas semanas. Ha aparecido en los medios oficiales en varias ocasiones, una de ella para animar a los aficionados a que se queden en casa durante el Estado de Alarma, algo que no ha hecho, por ejemplo con los medios culés; ha colaborado con los Biris en la recaudación de fondos durrante esta crisis sanitaria y, curiosamente, ha confesado que elegiría el apodo de 'Sevilla' si tuviera que hacer un cameo en la popular serie española
'La Casa de Papel'.
Con un año más de contrato, el jugador tiene la sartén por el mango y no dudará en presionar incentivado, además, por la posibilidad de que
el próximo mercado pueda estar abierto hasta enero, algo que sin duda beneficia al croata.
Los blaugranas, en cambio, intentarán acelerar lo máximo posible las gestiones en las próximas semanas, conscientes de que no será nada fácil.
Rakitic ya presionó en su día al
Schalke para que lo dejase salir en enero a cambio de tan sólo 1,5 millones de euros rumbo a Sevilla, y lo mismo hizo el 'Rubio' para salir de Nervión en dirección al
Camp Nou, después de que incluso Pepe Castro diese por asegurada su renovación.
Rakitic sabe cómo gestionar este tipo de situaciones y no dudará en apurar hasta el último momento, algo que
contrasta con las urgencias de su equipo por cerrar su salida cuanto antes.