La crisis del coronavirus ha afectado de forma frontal al deporte y las secuelas pueden ser mayúsculas en todos los sentidos, con
la suspensión definitiva de numerosas competiciones, entre ellas todas las futbolísticas si se prolonga por mucho tiempo el caos generalizado por el virus.
Aunque todavía se barajan todos los escenarios, a nadie se le escapa la seria posibilidad de que haya que suspender
LaLiga, con las decisiones a tomar que ello conlleva y las numerosas consecuencias, sobre todo económicas, aunque por encima de todo esto se encuentra obviamente la salud de las personas.
Entre los efectos secundarios de menos impacto de que se dé por terminada se encuentra que habrá muchos jugadores que ya no vistan más la elástica de su equipo, pues por una razón u otra abandonarán en junio su disciplina, algunos más significativos que otros.
Sucedería por ejemplo con uno de los buques insignia del
Sevilla en los últimos años y en sus dos etapas en el Ramón Sánchez-Pizjuán,
Éver Banega.
Desde enero se conoce su acuerdo con el Al Shabab de Arabia Saudí para marcharse libre una vez acabe en junio su contrato con el club nervionense. Por ende, le quedaba en el Sevilla lo que faltaba de temporada.
A día de hoy, es probable que
Banega no defienda más el escudo del
Sevilla y quede en su historial como blanquirrojo que el último choque como futbolista del club hispalense lo jugó en el
Wanda Metropolitano. Tras varias suplencias por su discreto rendimiento, las bajas de
Fernando y
Óliver Torres le abrieron la puerta de la titularidad. El rosarino, en el punto de mira desde que se supo su adiós, cumplió con su cometido en la batalla contra el Atlético.
Banega ha comentado en varias ocasiones que
su sueño sería despedirse levantando otro título europeo, lo que, no obstante, en este momento, en pleno confinamiento, parece muy remoto más allá de las dificultades intrínsecas de alcanzar otra final y ganarla.
En total,
Banega ha militado en Nervión cinco temporadas divididas en dos etapas, la primera en las campañas 14/15 y 15/16 y la segunda desde la 17/18 hasta la actualidad, con números que reflejan lo que ha significado para el
Sevilla y su enorme aportación.
Así las cosas, ha disputado un total de
224 partidos, el club en el que más, pues en el
Valencia se quedó en 185, y ha dejado su huella de forma tangible, pues más allá de su peso en la distribución de juego, ha marcado como sevillista un total de 27 goles y ha servido 33 asistencias. Además, ha visto 68 amarillas, lo que revela su entrega, y ha sido expulsado en cinco ocasiones.
Números de un futbolista que ha marcado una época en
Nervión y que, independientemente de si volverá a vestir de nervionense este curso, se ha hecho un sitio en la larga historia del Sevilla.