Lucas Ocampos se consolida, semana tras semana, como una de las sorpresas más agradables que está dejando esta campaña de
LaLiga. El gol que consiguió el domingo en el Coliseum de Getafe,
al rematar en boca de gol un pase de Reguilón, es ya el octavo de su cuenta anotadora en la temporada de su estreno en la Primera división española. Estos ocho tantos convierten al potente extremo del
Sevilla FC en el segundo mejor debutante de esta 2019/2020 por detrás del joven delantero de la Real Sociedad
Aleksander Isak, que suma 9, y por delante de los siete que llevan
Ante Budimir (Mallorca) y
Nabil Fekir (Real Betis).
Aunque ha acusado un poco el cambio de banda para hacerle sitio a
Suso en el once de
Lopetegui -formaba una gran dupla con
Jesús Navas en la derecha-, el argentino no para de demostrar su enorme capacidad de llegada y mantiene intacto su
idilio con el gol. A los ocho que ha marcado en
LaLiga, suma los dos que metió en
Copa del Rey ante el modesto
Escobedo y el
Levante para un total de 10, confirmándose así como el principal artillero del Sevilla FC.
Le siguen en la clasificación del
'Pichichi' nervionense dos suplentes como son el denostado
Munir El Haddadi, que lleva siete a pesar de su ostracismo, y
Franco Vázquez, autor de seis dianas.
Luuk de Jong es el mejor 'nueve' de la plantilla blanquirroja con cinco goles, la mitad de los que ha celebrado Ocampos hasta el momento.
El internacional albiceleste, además, es un efectivo
'abrelatas'. El domingo abrió la cuenta en la victoria que hizo pasar a su equipo de la sexta a la tercera plaza y recuperar la plaza de
Champions (acabó la jornada cuarto tras vencer el Atlético). Es la quinta vez que inaugura el marcador, pues ya lo hizo en Ipurua ante el
Eibar (jornada 6), en Mestalla frente al
Valencia (J.11), en el
Benito Villamarín en el derbi (J.13) y en Nervión contra el
Espanyol (J.24).
Sólo
Benzema (Real Madrid), que ha abierto la cuenta siete veces, y
Griezmann (Barça), con seis mejoran las cinco veces de
Ocampos y de un tal
Messi. Dentro de muchos años, con estos datos en la mano, algún nostálgico abuelo sevillista los compartirá diciendo a su nieto: "Mira, todo esto era Ocampos".
A este ritmo, va a pulverizar su récord
Ocampos, de 25 años, va camino de batir todos los récords de su trayectoria profesional. No en vano, después de alcanzar los dos dígitos el pasado domingo en tierras madrileñas está ya ante la segunda temporada más goleadora de su carrera (10), después de superar los siete tantos que logró con la camiseta del
Mónaco en la 2013/2014, con el conjunto del
Principado jugando por aquel entonces en la
Ligue 2 gala. Otros siete fue capaz de hacer en su estreno con el primer equipo de
River Plate en la 2011/2012, también jugando en la segunda categoría de
Argentina, antes de cruzar el charco con sólo 18 años.
Su mejor marca realizadora en competición liguera son los nueve que sumó en la Ligue 1 francesa con el
Olympique de Marsella en la 2017/2018, que todavía continúa siendo también su temporada más prolífica con un global de 16 dianas; cuenta que completa con las tres que celebró en la
Coupe de France y con otras cuatro en la
Europa League.
No obstante, para acumular tan sensacionales guarismos, necesitó jugar 53 partidos. Es decir, más del doble de lo que ha jugado esta campaña como nervionense (lleva 26 choques a falta de un tercio de curso), por lo que, si mantiene este promedio, batirá esa marca holgadamente . Y es que, como no podía ser de otro modo,
Ocampos también tiene el honor de ser el jugador del
Sevilla que más veces dispara, con un total de 41 intentos, de los que 21 de ellos fueron al arco rival.
Cuando era niño jugaba de delantero centro
Lucas Ocampos lleva metiendo goles desde la cuna. Comenzó jugando al fútbol en la cantera del
Quilmes como delantero centro. Después de brillar en un Sudamericano sub 15,
River Plate compró el 50 por ciento de su pase y comenzó a jugar en las inferiores de los 'Millonarios'. Allí comenzó a destacarse como extremo, por su poderosa zancada y su arrolladora potencia física, pero diez años después sigue conservando el instinto de 'killer' que exhibió en sus inicios.