Con carácter de gladiador e instinto asesino. Sin rehusar el cuerpo a cuerpo pero manteniendo la compostura. Dando un paso atrás para fortalecer su defensa y lanzar ataques letales en los momentos precisos para rendir al Coliseum y ejecutar un mandoble que merece el pulgar hacia arriba de la afición nervionense. Porque el
Sevilla de Lopetegui evidenció su corazón guerrero y capacidad para levantarse en unos de los escenarios menos favorables para resurrecciones. Y lo hizo con personalidad, con una lectura sobresaliente de lo que se precisaba y una ejecución imperial ante un
Getafe al que anuló por completo con argumentos similares a los suyos y una eficacia brutal. Justo la que se necesita para optar a los puestos de
Champions, a los que vuelve con el 'rudio' en ristre, que le libera de la esclavitud de sus propios complejos a costa de un rival directo al que ya supera en el particular. Combate redondo del que
Lopetegui ha salido muy reforzado.
Así las cosas, el vasco partió con un once prácticamente idéntico al de
Rumanía, con el único cambio de
Reguilón por Escudero en el carril zurdo, por lo que
Banega se quedó de nuevo en el banquillo, en esta ocasión junto a
Óliver, ya recuperado de sus molestias pero que no fue de la partida. El técnico de Asteasu confió en los mismos hombres en la sala de máquinas, con
Gudelj integrado en los centrales en la gestación de la jugada, y la intención de prescindir de una presión intensa para minimizar los espacios en campo propio y obligar al
Getafe a tomar la iniciativa en pocos metros.
Este plan incluía múltiples batallas en el cielo para
De Jong, pues, ante la presión azulona, los nervionenses recurrían al juego directo en busca de que el holandés la ganara para montar la ofensiva desde ahí. Así saltaba líneas sin riesgos pero también limitaba sus posesiones, lo que no evitó que pronto dispusiera de una ocasión clara en las botas
Fernando en una acción a balón parado despejada. Por esa misma vía llegó el segundo acercamiento con un remate alto de
De Jong y también las del
Getafe, incómodo sobre el terreno de juego por las coordinadas basculaciones hispalenses y las constantes ayudas. Ni
Getafe ni
Sevilla exponían lo más mínimo, con los toques justos en la zona ancha, si bien los locales empezaron a hallar vías por las dos bandas a la espalda de los carrileros sevillistas, generando a su vez huecos por el centro que aprovechaba Etebo para avanzar al forzar al Sevilla a estirarse horizontalmente.
El campo se había inclinado hacia
Vaclik, porque los nervionenses ya no controlaban el tempo, pues apenas salían de sus dominios, ni siquiera con pelotazos. Sólo logró circular de forma puntual cuando aparecía
Suso, con dos jugadores encima cada vez que recibía, casi sin tiempo para inventar ante rivales que en cuanto el
Sevilla superaba uno de los segmentos no dudaban en recurrir a las faltas.
Pese a que se jugaba en terreno blanquirrojo, el
Getafe no conseguía crear opciones francas de remate debido a la seguridad atrás de los sevillistas, con
Diego Carlos y
Gudelj muy poderosos por arriba y Koundé certero en el corte. El Sevilla cumplía al menos con esta parte del plan, la de la concentración atrás, y antes del descanso se vistió de Getafe para maximizar un error al borde de su propia área de Etebo en plena presión visitante.
Reguilón rentabilizó su resbalón para penetrar y servir el pase de la muerte a Ocampos.
0-1 en el 43'. Un premio inesperado pero fruto de su solidez y de mantener la tensión en todo momento. Ahora restaba no perderla en la segunda mitad y permanecer tan firmes en la contención como eficaces arriba, si bien arrancó la segunda parte con la lesión de
Vaclik, que dejó su lugar a
Bono en el descanso.
Mala noticia que no afectó a un
Sevilla plenamente metido desde el inicio, con el constante desahogo que ofrecía
De Jong en su constante lucha arriba. Le permitía ganar metros sin arriesgar, lo que se sumaba al atrevimiento de
Navas en un par de arrancadas por las bandas.
Por una vez no renunciaba el
Sevilla a las contras, frenando así los intentos del Getafe de acelerar el ritmo y recrudecer el partido con una guerra en cada duelo. No se amilanaron los de Lopetegui, pero sin perder la cabeza, dejando que fueran los azulones los que se crisparan con el tiempo corriendo a su favor. La madurez le permitía mantener a raya a los de
Bordalás, y la valentía que se echó en falta en otros partidos cristalizó en más ventaja merced a que ayer le funcionó la pizarra a balón parado: la colgó
Suso, la enganchó
De Jong y
Fernando la empujó en la línea de gol.
Estrada Fernández lo anuló en un principio, pero el VAR lo validó al partir el holandés en posición correcta.
0-2. Duro palo al Getafe. Merecido por el excelente trabajo en todos los sentidos. Neutralizando las armas getafenses y maximizando las suyas sin perder el hambre en ningún momento.
Porque quiso más y lo halló en una contra rápida que terminó con un disparo cruzado de
Koundé. 0-3. Golpe de autoridad para despejar cualquier duda, aplacar los nervios y las críticas y recuperar la plaza de Champions con una versión demoledora que sí inspira confianza. La de un
Sevilla guerrero y ganador.
- Ficha técnica:
0.- Getafe: Soria; Damián, Djene, Chema, Olivera; Nyom (Kenedy, m. 71), Etebo (Arambarri, m. 58), Maksimovic, Cucurella; Deyverson (Ángel, m. 46) y Jorge Molina.
3.- Sevilla: Vaclík (Bono, m. 46); Navas, Kounde, Diego Carlos, Reguilón; Jordán, Gudelj, Fernando (Oliver Torres, m. 78); Suso (Sergi Gómez, m. 72), De Jong y Ocampos.
Goles: 0-1, m. 43: Ocampos;
0-2, m. 67: Fernando;
0-3, M. 75: Kounde.
Árbitro: Xavier Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró cartulina amarilla a Cucurella (m. 31), Etebo (m. 34), Nyom (m. 35), Jorge Molina (m. 59), Djené (m. 63) y Chema (m. 86) por parte del Getafe y a Reguilón (m. 35) y Kounde (m.56) por parte del Sevilla.
Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe ante 13.438 espectadores.