A
Franco Damián Vázquez se le ama o se le odia, no existe el término medio con él. Algunos lo defenderían hasta la misma muerte y otros jamás serían capaz de dar su brazo a torcer en su cruzada contra el jugador argentino. El 'Mudo' Vázquez practica un fútbol que no se enseña en ninguna escuela, el centrocampista tiene un talento que pocos tienen y, por ende, pocos entienden.
En su cuarta temporada como jugador del
Sevilla FC la historia no ha cambiado un ápice. Franco sigue teniendo tantos detractores como aduladores variando, únicamente, su rendimiento en el césped. El Mudo comenzó la temporada siendo un suplente revulsivo que se convirtió en el máximo anotador del equipo, así que a
Lopetegui no le quedó más remedio que empezar a colocarlo de titular en sus alineaciones. Desde entonces su rendimiento sube y baja con la irregularidad como bandera.
En el último partido frente al Celta de Vigo volvimos a ver la versión del
Mudo que gusta tan poco en Nervión, un jugador muy apático e impreciso en el pase. Pero eso sí, dejando esos detalles que adoran sus seguidores más fieles. El Mudo
erró siete pases e intentó tres regates, de los cuáles perdió la bola en dos. Además, apenas ayudó en tareas defensivas a Fernando lo que provocó que el Celta llegara con mucha facilidad al área sevillista.
El número 22 del
Sevilla fue el más señalado de los que se vistieron de corto el domingo en Balaídos. Todos los que vimos el encuentro pensábamos que sería el primer cambio del partido en sustitución de Éver Banega, pero incomprensiblemente, Lopetegui sacó del encuentro a Suso. Quizás la forma de ser del argentino le hace ser más visible que los demás cuando "deambula" por el césped y las opiniones alrededor de su figura cada vez se decantan más por un lado de la balanza.
Partidos como el de Balaídos provocan que la afición se canse del juego que muestra el centrocampista del Sevilla. En ocasiones, más preocupado de dejar un detalle de galería y bastón, como el
caño que hizo a Hugo Mallo (un recurso a la altura de muy pocos), que en dejar todo lo que tiene por la camiseta del club de Nervión. Los goles que anotó a comienzos de curso han desaparecido y su influencia en el juego de ataque se ha vuelto nula. Mantener en la plantilla a un futbolista que aparece en contados ratos es un privilegio que no debe permitirse un equipo como el Sevilla.
Después de tres años, el
Mudo nunca ha hecho un final de temporada que sea aceptable y este curso ha encarrilado la fase más importante a su peor nivel de juego. El debate en torno al jugador argentino no va acabar hoy, ni mañana, aunque en el fútbol no se espera a nadie, y menos aún en un club con las exigencias del Sevilla.
Franco Vázquez es único dejando regates virales que llenan las redes sociales de los 'mudistas', pero eso ya dejó de ser suficiente para la gran mayoría de la afición sevillista, que exige más a un jugador de semejante calidad.