No engaña a nadie este
Athletic, hecho a imagen y semejanza de su entrenador. Curtido en el Eibar, al que llevó a Primera división, Gaizka Garitano ha sabido detectar las carencias de la plantilla del Athletic y encontrar soluciones para maximizar el rendimiento de un equipo que marcha séptimo en la tabla y que es el segundo menos goleado de la categoría. Es un Athletic de siempre adaptado a los tiempos actuales del fútbol.
Un equipo con garra, potente físicamente, que se siente cómodo con espacio para correr y que ha encontrado en
Raúl García un líder y una alternativa al lesionado
Aritz Aduriz.
El ex del Atlético de Madrid es un pilar tanto por su aportación goleadora -cinco dianas y una asistencia en un equipo que ha marcado 19 goles en 14 partidos- como por su liderazgo sobre el terreno de juego. Él y Williams son las principales bazas ofensivas del equipo del Botxo en ausencia de
Iker Muniain, el otro elemento de su tridente.
A Garitano le salió bien su apuesta por los tres centrales en el Bernabéu y medita repetir esquema en un estadio que se le da casi tan mal como el blanco, pues lleva cinco temporadas sin puntuar y ni tan siquiera marcar.
Núñez, Yeray e Íñigo son, además, tres de los mejores hombres de la plantilla y con este sistema les hace hueco a los tres y prescinde de alguno de los mediapuntas que no están respondiendo a las oportunidades en un equipo construido para ser un muro.