De un tiempo a esta parte, el
Ramón Sánchez-Pizjuán se ha caracterizado por su condición de
fortín, por erigirse siempre en el refugio nervionense en cualquier situación, sobre todo cuando la tormenta arreciaba más allá de sus fronteras. Sirva como ejemplo por ejemplo la temporada 15/16, en la que, con
Emery al frente, el equipo no sumó
ni un solo triunfo como visitante, lo que, en cierto modo, compensó con fiabilidad en casa.
La comunión con la afición, el empuje y lo que se crece el equipo como local han propiciado que se haya convertido en la visita al dentista para la mayoría de rivales y motivo de alabanza. Sin embargo, en este curso las
tornas han cambiado de momento y el
Sevilla dista de ser ese equipo poderoso que achanta a sus adversarios impulsado por el ambiente de la 'Bombonera'.
De hecho, su privilegiada posición en la tabla se debe a su
potencial a domicilio, hasta el punto de que terminará la primera vuelta como el
mejor visitante de Primera y con más puntos, 24, que como local, con el matiz, eso sí, de que ha jugado 10 partidos fuera y ocho en
Nervión a falta del último antes de cruzar el ecuador ante el
Athletic.
Lo cierto es que el
Sevilla de Lopetegui no termina de encontrarse a gusto en el
Sánchez-Pizjuán, posiblemente por una forma de afrontar los partidos que no convence a la afición, como ocurrió ante el
Leganés, lo que se ha traducido en números alejados de lo esperado y de lo ideal para
poder competir por Champions. De momento, la excelencia a domicilio ha compensado los deslices como anfitrión pero no cabe duda de que es fundamental que retome la senda en Eduadro Dato.
Así las cosas, el
Sevilla ha dejado escapar
diez puntos en el coliseo nervionense, pues ha sumado
14 de 24 posibles, con cuatro triunfos, dos empates y dos derrotas, sufridas contra
Real Madrid y en la última cita del año en casa contra el
Villarreal.
El primer traspié se produjo en el estreno liguero de la temporada en casa después de ganar fuera en las jornadas 1 y 2, lo que se antoja significativo. Firmó tablas contra un
Celta que neutralizó en la recta final el tanto del
Mudo Vazquez en una de sus escasas llegadas. Tampoco ganó en el siguiente compromiso casero, perdiendo por 0-1 contra el
Real Madrid, por lo que tuvo que esperar hasta la visita de la Real Sociedad en un partido que afrontó con dudas tras caer como lo hizo ante el
Eibar.
Se impuso por 3-2 e inició una
buena racha, la
mejor hasta ahora como local, con tres victorias
-Real, Levante y Getafe- para después lograr un trabajado empate contra el
Atlético de Madrid que no dejó mal sabor de boca. Luego tocó sufrir más de lo esperado contra el
Leganés, entonces colista, lo que no gustó al
sevillismo, preludio de lo que ocurriría ante el
Villarreal, con una derrota que refleja que el
Sevilla de Lopetegui no está rindiendo como debe en el
Ramón Sánchez Pizjuán.
Es crucial que le tome el pulso a los compromisos en casa para no depender tanto de su fiabilidad fuera y menos en una segunda vuelta en la que tiene que ir al
Santiago Bernabéu, Wanda, Anoeta o San Mamés. La primera pica de la reacción la tiene que poner contra
un rival directo como el Athletic el próximo viernes 3 de enero, en un
choque vital para reafirmarse, regalarle una alegría a los suyos en vísperas de Reyes e iniciar la
reconquista de su propio fortín.