Urge la reconquista del fortín

Urge la reconquista del fortín
El equipo quiere estar a la altura del sevillismo. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 5 min lectura
De un tiempo a esta parte, el Ramón Sánchez-Pizjuán se ha caracterizado por su condición de fortín, por erigirse siempre en el refugio nervionense en cualquier situación, sobre todo cuando la tormenta arreciaba más allá de sus fronteras. Sirva como ejemplo por ejemplo la temporada 15/16, en la que, con Emery al frente, el equipo no sumó ni un solo triunfo como visitante, lo que, en cierto modo, compensó con fiabilidad en casa.

La comunión con la afición, el empuje y lo que se crece el equipo como local han propiciado que se haya convertido en la visita al dentista para la mayoría de rivales y motivo de alabanza. Sin embargo, en este curso las tornas han cambiado de momento y el Sevilla dista de ser ese equipo poderoso que achanta a sus adversarios impulsado por el ambiente de la 'Bombonera'.

De hecho, su privilegiada posición en la tabla se debe a su potencial a domicilio, hasta el punto de que terminará la primera vuelta como el mejor visitante de Primera y con más puntos, 24, que como local, con el matiz, eso sí, de que ha jugado 10 partidos fuera y ocho en Nervión a falta del último antes de cruzar el ecuador ante el Athletic.

Lo cierto es que el Sevilla de Lopetegui no termina de encontrarse a gusto en el Sánchez-Pizjuán, posiblemente por una forma de afrontar los partidos que no convence a la afición, como ocurrió ante el Leganés, lo que se ha traducido en números alejados de lo esperado y de lo ideal para poder competir por Champions. De momento, la excelencia a domicilio ha compensado los deslices como anfitrión pero no cabe duda de que es fundamental que retome la senda en Eduadro Dato.

Así las cosas, el Sevilla ha dejado escapar diez puntos en el coliseo nervionense, pues ha sumado 14 de 24 posibles, con cuatro triunfos, dos empates y dos derrotas, sufridas contra Real Madrid y en la última cita del año en casa contra el Villarreal.

El primer traspié se produjo en el estreno liguero de la temporada en casa después de ganar fuera en las jornadas 1 y 2, lo que se antoja significativo. Firmó tablas contra un Celta que neutralizó en la recta final el tanto del Mudo Vazquez en una de sus escasas llegadas. Tampoco ganó en el siguiente compromiso casero, perdiendo por 0-1 contra el Real Madrid, por lo que tuvo que esperar hasta la visita de la Real Sociedad en un partido que afrontó con dudas tras caer como lo hizo ante el Eibar.

Se impuso por 3-2 e inició una buena racha, la mejor hasta ahora como local, con tres victorias -Real, Levante y Getafe- para después lograr un trabajado empate contra el Atlético de Madrid que no dejó mal sabor de boca. Luego tocó sufrir más de lo esperado contra el Leganés, entonces colista, lo que no gustó al sevillismo, preludio de lo que ocurriría ante el Villarreal, con una derrota que refleja que el Sevilla de Lopetegui no está rindiendo como debe en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Es crucial que le tome el pulso a los compromisos en casa para no depender tanto de su fiabilidad fuera y menos en una segunda vuelta en la que tiene que ir al Santiago Bernabéu, Wanda, Anoeta o San Mamés. La primera pica de la reacción la tiene que poner contra un rival directo como el Athletic el próximo viernes 3 de enero, en un choque vital para reafirmarse, regalarle una alegría a los suyos en vísperas de Reyes e iniciar la reconquista de su propio fortín.