Francia ha sido, es y seguirá siendo un
caladero vital en la configuración de las plantillas que, un verano sí y al otro también, se ve obligado a remodelar un
Monchi que en su proyecto de regreso a casa ha vuelto a tirar la caña en el mercado de la
Ligue 1, donde ha pegado una buena parte de sus 'pelotazos' el que muchos señalan como mejor director deportivo del fútbol.
Este año, sin ir más lejos, han llegado cuatro jugadores procedentes de la
Ligue 1, un
tercio de sus
12 fichajes estivales -ya que a Munas
Dabbur lo fichó Joaquín Caparrós-. Es más, entre
Diego Carlos, ex del Nantes; Jules
Koundé, que llegó del Girondins; Lucas
Ocampos, ex del Olympique de Marsella; y
Rony Lopes, fichado del Mónaco, el club sevillista se gastó unos 80 millones de euros, la mitad de la inversión estival con la que marcó un nuevo récord histórico:
158 millones, según Transfermarkt.
Y eso sin contar que desde el vestuario del Sánchez-Pizjuán se marcharon el pasado verano en calidad de cedidos los franceses Sebastian
Corchia (Espanyol), Ibrahim
Amadou (Norwich), Joris
Gnagnon (que volvió) al Rennes; además de Maxime
Gonalons, quien después de acabar su año de préstamo oir la Roma acabó en el Granada.
También se fue otro jugador con pasado en la Ligue 1 como es
Simon Kjaer, ex del
Lille, que acabó en un Atalanta que le está buscando salida. Y el caso más sonado, la venta de
Wissan Ben Yedder al Mónaco. Incluso cabría mencionar también las partidas rumbo al PSG de
Pablo Sarabia y de
Sergio Rico, que está a préstamo en el club parisino, resaltando que más de la mitad de los 101 millones recaudados en ventas han llegado también desde la capital de Francia y de sus vecinos del Principado.
Esta lista, echando la vista un poco la vista atrás, podría ser continuada con
Jovetic, Lenglet, Krychowiak, Keita, Ben Yedder o Gameiro, entre algunos ejemplos de los que triunfaron; con otros con un paso breve pero satifactorio, como
Squillaci o Rami; y con menos afortunados como
Romaric o
Sirigu. Ahora, de cara al mercado de enero, vinculan al Sevilla con el extremo del Dijon,
Mounir Chouiar.
Aitor Torvisco3 min lectura