Pablo Alfaro marcó una época en el Sánchez-Pizjuán. Dejó una huella profunda en la afición como
líder de un
Sevilla en los comienzos de su
espectacular crecimiento. Es un
ídolo en
Nervión, donde él se siente como en casa merced a un amor a los colores que desarrolló y de qué manera en su dilatada y recordada etapa con la elástica sevillista.
Ahora entrena al
Ibiza, en Segunda división B, pero nunca rompe su
vínculo con el Sevilla. De hecho, el martes estuvo en la
ciudad depotiva nervionense, donde recibió su
carnet de socio blanco y sintió nostalgia. “Son muchos recuerdos. Pasa el tiempo y los años pero los recuerdos bonitos nunca perecen. Uno cuando entre por aquí
parece que se va a poner a entrenar, así que fíjate. Mucha nostalgia", señaló en los medios del club el excapitán blanquirrojo,
Asimismo dio las gracias al club por el detalle: “
Es un orgullo que os acordéis aún de uno. Van pasando años, jugadores y títulos y me viene a la cabeza una frase de un compañero vuestro de profesión, que me dijo que triunfar es difícil, pero
ganarte el corazón de la gente lo es aún más. Y eso me lo llevo conmigo".
En su visita detectó muchos cambios en la
Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, aunque también cosas que permanecerán así de por vida. “Lo primero he visto a amigos y eso no cambia nunca. Luego la evolución de la ciudad deportiva, del club, sus estructuras. Es un grande del fútbol europeo y hace 15 años no era así, éramos grandes en España pero ahora
nos paseamos por Europa y con éxitos".
Un crecimiento del que, con razón, se siete parte: “Lo veo con orgullo, de haber puesto los primeros granitos de arena en ese desarrollo y crecimiento. Ha sido un
crecimiento sostenido y no es fácil. Dar ese
salto de calidad a todos los niveles es para estar orgullosos".
En este sentido, considera que el
Sevilla sigue teniendo
margen de crecimiento y que en ningún caso debe ponerse un techo. "Si se sigue la línea trazada y se mantienen la humildad y la ambición,
el club no debería ponerse techo. Ya llegará y hay que intentar subirlo cada vez un poco más".
Avance en el que, sin duda, juega un papel importante la
savia nueva que proporciona la cantera: “Ahora que soy entrenador, ves que la juventud evoluciona y hay que martillearles todos los días el
privilegio que tienen de poder disfrutar de esto y estar en la rampa de lanzamiento de un club tan importante. Ese
ADN se transmite a los que vayan llegando. Hoy en día hay más dispersión y situaciones que te alejan de la realidad y llegar cuesta mucho, pero
merece la pena".