"El Sevilla no debería ponerse techo"

"El Sevilla no debería ponerse techo"
Alfaro, durante su visita a la ciudad deportiva. - R. A.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura
Pablo Alfaro marcó una época en el Sánchez-Pizjuán. Dejó una huella profunda en la afición como líder de un Sevilla en los comienzos de su espectacular crecimiento. Es un ídolo en Nervión, donde él se siente como en casa merced a un amor a los colores que desarrolló y de qué manera en su dilatada y recordada etapa con la elástica sevillista.

Ahora entrena al Ibiza, en Segunda división B, pero nunca rompe su vínculo con el Sevilla. De hecho, el martes estuvo en la ciudad depotiva nervionense, donde recibió su carnet de socio blanco y sintió nostalgia. “Son muchos recuerdos. Pasa el tiempo y los años pero los recuerdos bonitos nunca perecen. Uno cuando entre por aquí parece que se va a poner a entrenar, así que fíjate. Mucha nostalgia", señaló en los medios del club el excapitán blanquirrojo,

Asimismo dio las gracias al club por el detalle: “Es un orgullo que os acordéis aún de uno. Van pasando años, jugadores y títulos y me viene a la cabeza una frase de un compañero vuestro de profesión, que me dijo que triunfar es difícil, pero ganarte el corazón de la gente lo es aún más. Y eso me lo llevo conmigo".

En su visita detectó muchos cambios en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, aunque también cosas que permanecerán así de por vida. “Lo primero he visto a amigos y eso no cambia nunca. Luego la evolución de la ciudad deportiva, del club, sus estructuras. Es un grande del fútbol europeo y hace 15 años no era así, éramos grandes en España pero ahora nos paseamos por Europa y con éxitos".

Un crecimiento del que, con razón, se siete parte: “Lo veo con orgullo, de haber puesto los primeros granitos de arena en ese desarrollo y crecimiento. Ha sido un crecimiento sostenido y no es fácil. Dar ese salto de calidad a todos los niveles es para estar orgullosos".

En este sentido, considera que el Sevilla sigue teniendo margen de crecimiento y que en ningún caso debe ponerse un techo. "Si se sigue la línea trazada y se mantienen la humildad y la ambición, el club no debería ponerse techo. Ya llegará y hay que intentar subirlo cada vez un poco más".

Avance en el que, sin duda, juega un papel importante la savia nueva que proporciona la cantera: “Ahora que soy entrenador, ves que la juventud evoluciona y hay que martillearles todos los días el privilegio que tienen de poder disfrutar de esto y estar en la rampa de lanzamiento de un club tan importante. Ese ADN se transmite a los que vayan llegando. Hoy en día hay más dispersión y situaciones que te alejan de la realidad y llegar cuesta mucho, pero merece la pena".