Es un problema totalmente diagnosticado, en el que
Julen Lopetegui centra mucho tiempo para encontrar soluciones y al fin hallar el equilibrio deseado entre defensa y ataque. El curso pasado la balanza se inclinaba claramente hacia una
ofensiva letal que mantenía en pie a un
Sevilla que se rompía en la contención y no ofrecía ninguna seguridad atrás.
Monchi, con los fichajes, y
Lopetegui, con su trabajo diario, han logrado
minimizar considerablemente este déficit, como demuestra que es el
cuarto equipo que menos tantos recibe en LaLiga con 17 (menos de un tanto por cita) y que, con
la del domingo, ha dejado su portería a cero hasta en ocho de los 18 partidos disputados. En cambio, se ha perdido la pegada en ataque del curso anterior, con una
drástica reducción de la
aportación de la delantera.De hecho, entre
los cuatro puntas sólo suman en el campeonato doméstico
cinco goles, dos
De Jong, dos
Munir y uno
Chicharito. Sólo el 20% de los tantos proceden de la punta de lanza, lo que se ha compensado en parte, además de por la seguridad sin balón, por la aportación del resto de líneas. D hecho, en
Son Moix la
defensa anotó su
tercer gol liguero con el acierto de
Diego Carlos, que se suma al que ya anotó contra el
Leganés y al de
Reguilón en la primera jornada.
Esta colaboración y, sobre todo, la de la segunda línea, ha reducido los daños de la
falta de gol de los delanteros hasta el punto de que
el Sevilla en muy pocas ocasiones se queda sin marcar. No en vano, únicamente dejó su casillero a cero ante el
Real Madrid en casa y contra el
Barcelona en el Camp Nou, último choque en la Liga en el que no perforó la portería contraria. Desde entonces, encarrila
diez encuentros con al menos un gol en su cuenta realizadora, lo que, merced a su solidez, le ha pemitido mantenerse arriba.
Y es que al
Sevilla le ha bastado con un gol para obtener
12 puntos en seis de los partidos a partir de la derrota con el Barça, con tres triunfos por
1-0 y tres empates a uno. El único tanto que no le ha servido para puntuar en los dos últimos meses fue el marcado por Munir ante el
Villarreal, pues el choque acabó con
1-2 para el
Submarino. No se prodiga demasiado, pero le saca una
gran rentabilidad a cada acierto, lo que tampoco es fruto de la causuliadad sino la consecuencia del oficio del equipo para gestionar sus ventajas y apostar más por el control cuando va ganando que por arriesgar en busca de la portería rival para la contra.
Quizás por ello y también en ocasiones por la falta de puntería,
el Sevilla sólo ha ganado por más de un gol en tres ocasiones, si bien que la última fuera eñ sábado, después de haberlo hecho en la primera jornada en
Cornellá y ante
Getafe (2-0), es una buena señal e indicio, posiblemente, de una
evolución.