Pablo Machín pidió el pasado mes de enero
un central zurdo para su defensa de tres, por lo que
Joaquín Caparrós tiró de informes hasta dar con
Maximilian Wöber, (21) quien apenas estaba jugando en el Ajax.
El austríaco se sintió halagado
"por el interés de un campeón de la Europa League" y dijo "sí", aunque su fichaje, según recuerda en
Spox,
no fue nada fácil. De hecho,
faltó muy poco para que se rompiera: "Cuando estábamos entrenando en Estados Unidos (de stage invernal), mi agente me llamó para tantearme. Yo estaba orgullo de recibir una oferta del campeón de Europa League... pero
tuve que firmar el contrato dos veces. Por desacuerdos con el Ajax
, tuve que pasar cuatro días en un hotel sin que nadie pudiese saber que yo estaba allí... Alguien, incluso, me dijo que era posible que el traspaso se hubiese roto. ¿Que por qué?
El Sevilla no pudo obtener una garantía bancaria, por lo que, finalmente, se cerró una cesión hasta verano de medio año, con el compromiso de que me comprasen después".
Más sobre el asunto: "Me hice las fotos firmando, incluso, y lo íbamos a celebrar mientras comíamos, pero luego llegué volvó al hotel y recibí una llamada del club:
'No puedes entrenar mañana con el equipo'. Al día siguiente, otra llamada... Fue un sentimiento extraño, porque yo no podía hacer nada; dependía de los dos clubes".
Wöber, finalmente, firmó, y su rendimiento, tras superar muchos obstáculos, no podía darse por malo, pero regresó Monchi y su gran valedor no siguió en el banquillo. "Casi siempre jugué con Caparrós. Tuve buenos partidos, como, por ejemplo, contra el FC Barcelona. Entonces,
a Caparrós le diagnosticaron cáncer en la sangre y Lopetegui se hizo cargo del equipo. El club
firmó a dos centrales por 50 millones de euros y, después de recuperarme de la lesión,
entendí que yo no iba a ser más que el quinto o sexto central".
El zaguero ofrece, finalmente, más detalles sobre su salida: "
De LaLiga no ninguna oferta concreta. De Alemania sí, pero
el Sevilla no quería prestarme, sino venderme y
recaudar exactamente el dinero que había pagado por mí (10,5 millones). Era mediados de agosto y ya muchos clubes no necesitaban central. El Red Bull siempre estuvo ahí, y a mí me parecía una gran idea volver a estar cerca de mis familiares y amigos".