Partido feo el vivido en El Sadar, donde
Osasuna muerde como nadie y donde el Sevilla FC no se sintió cómodo prácticamente hasta el final. De hecho,
se adelantaron los de Nervión, cuando mejor estaban los rojillos. Por medio de un Munir El Haddadi que partió de inicio desde la derecha, siendo Chicharito, que también volvía al once, la principal referencia ofensiva arriba.
Participó poco el delantero mexicano, justo lo contrario que su homólogo en la vanguardia navarra. Un
Chimy Ávila que dio mucho ruido desde el principio, estrellando un balón en el palo en los primeros minutos de partido, e igualando la contienda justo antes del descanso.
Osasuna planteó una auténtica encerrona en la que Lopetegui preparó un planteamiento bastante similar al que llevó a cabo en Ipurua, donde el Sevilla FC jugó, quizá,
su mejor fútbol de la temporada durante la primera mitad, y donde, por el contrario, acabó hincando la rodilla en la segunda parte, viviéndose un auténtico esperpento blanquirrojo.
Justo lo que Lopetegui quiso evitar ayer en El Sadar, sustituyendo a la hora de partido a un impreciso Koundé que tenía amarilla y a Joan Jordán, a quien lo suplió un Mudo Vázquez con el que el técnico vasco buscaba un mayor control del juego.
Poco a poco lo fue consiguiendo,
gracias a un Éver Banega que se marcó un verdadero recital de pases que hacía ver que la victoria era posible. Y Lopetegui fue a por ella, dándole entrada a un delantero, Dabbur, por un medio, Óliver. Y estrelló el balón el israelí en el palo, sin embargo, resultó imposible.