El Sevilla FC de Lopetegui siempre compite. Ante un rival tan incómodo como Osasuna,
nunca se arrugó. Supo sufrir cuando tocó y siempre estuvo en pie. Pero cuando lo tuvo contra las cuerdas,
la falta de puntería lastró sus opciones de seguir la estela de los dos mastodontes de nuestra Liga, aunque sigue siendo tercero y el mejor visitante.
Finalmente, Lopetegui pudo contar de inicio con los renqueantes
Navas y Fernando. Pero aun así, introdujo importantes novedades en la parcela ofensiva, al darle la titularidad a Munir, al que hizo caer a la banda diestra, y
Chicharito, que relevó en el once al intocable De Jong.
Metía el vasco de ese modo una ración extra de dinamita para intentar derribar así el muro navarro, sabedor sin duda de que en El Sadar no es nada fácil poner en práctica ese estilo de fútbol-control que tantos réditos le ha dado a su equipo.
Fue Osasuna, de hecho, el que salió más enchufado, ejerciendo una intensa presión adelantada que provocaba los errores de la zaga nervionense. Como el que protagonizó Navas a los cuatro minutos. Su pase atrás lo cazó el
'Chimy' Ávila y Vaclik se la sacaba bien abajo en un mano a mano escorado. Pero en el córner siguiente, nuevo despiste y más peligro, al cabecear solo el propio futbolista argentino y mandarla al larguero.
Se venía arriba El Sadar y Osasuna mordía. Al Sevilla, por el contrario, le costaba un mundo tener el balón, mostrándose incapaz de moverlo más allá de pases horizontales entre sus centrales, pero no rehuía la pelea.
Y en la primera que tuvieron los nervionenses,
Munir halló petróleo. Chicharito ganó un balón aéreo en banda, en una de esas acciones por las que en teoría juega siempre De Jong, Banega se sacó un pase en globo aparentemente sin mucho peligro y el hispano-marroquí lo hizo bueno con un gran control que le permitió cogerle la espalda a Estupiñán. Éste rectificó y consiguió taparle el espacio, pero Munir respondió con un zurdazo ajustado al palo.
El guion se ponía de dulce con apenas once minutos transcurridos. Pero esta vez no iba a ser tan sencillo jugar con la ventaja entre toque y toque ni sería suficiente imponer la solidez defensiva para hacer buena tan valiosa renta. Entre otras cosas, porque Osasuna no regala ni un balón. Y ante ese fútbol intenso que proponen los rojillos, el Sevilla no lograba imponer su habitual dominio, optando en su lugar por responder a la contra.
No había mucha presencia ofensiva, pero el problema estaba en realidad atrás, con regalos como el de Jordán en el 23'. Su flojo despeje cayó en las botas de Roberto Torres y el centro de éste lo buscó de cabeza
Cardona, que acabó
tirado en el césped tras chocar con Diego Carlos y retirado del campo
en camilla.
Eran esos fallos propios y el hecho de que Osasuna atacase con muchos elementos los que provocaban una cierta sensación de angustia en la zaga nervionense, pues ocasiones como tales tampoco había. Sólo un disparo lejano de Brasanac.
Por suerte, Banega había sacado la chistera y de su magia vivían los sevillistas en ataque, con los de Lopetegui tocando ya con más soltura sobrepasada la media hora. Costaba encontrar líneas de pase entre la tela de araña rojilla, pero ahí estaba el argentino para ver lo que nadie ve, filtrando una asistencia que Chicharito hacía buena en el 33'. El mexicano, sin embargo,
estaba en fuera de juego por centímetros y el gol no subió.
Era una guerra entre dos equipos peleando con todo por cada balón. Y en ese descontrol, Adrián se sacaba un genial taconazo que pillaba desprevenido a Diego Carlos y el 'Chimy', que tanto quebraderos de cabeza estaba creando con su hiperactividad,
fusilaba a Vaclik en el añadido del primer acto.
Tocaba volver a empezar tras el descanso. Y aunque Osasuna no aflojaba en su presión, ahí estaba Banega para destapar su chistera. Otro genial pase suyo llegaba de nuevo a Chicharito, pero el azteca no controlaba bien y Juan Pérez se le echaba encima para tapar su disparo.
El aviso no asustaba a los navarros, que respondían a renglón seguido con otra más clara, aprovechando el regalo de Koundé. El francés se durmió, no midió bien un bote y Rubén García se plantó ante Vaclik para disparar al poste. Pero entonces, con media hora por delante y toda la pinta de que tocaría que sufrir de lo lindo, llegó la jugada clave. Oier vio la segunda amarilla de forma justa y, ahora sí, Osasuna replegó velas y el Sevilla se hizo dueño del partido, acumulando ocasiones de sobra para volverse con todo el botín.
Emergió ahí la figura del meta Juan Pérez, que tras ver cómo se marchaba fuera por poco un disparo de Banega, metió el pie lo justo para llegar antes al balón que Chicharito y provocar que el VAR corrigiese al árbitro, que había pitado penalti.
También la tuvo Óliver antes de dejar
su sitio a Dabbur, que en el poco tiempo que tuvo lo hizo todo bien. Sólo le faltó algo de fortuna con un chut cruzado al palo, tras una gran pared con Chicharito, que escupió el palo.
Pero no hubo puntería. En pleno asedio sevillista, también la tuvo el Mudo y de nuevo, de cabeza, un Chicharito especialmente desacertado. Punto agridulce que habrá que hacer bueno en casa ante el Villarreal.
- Ficha técnica
1 - Osasuna: Juan Pérez; Moncayola (Unai García, m.71), Navas, David García, Estupiñán; Roberto Torres, Oier, Darko, Rubén García (Mérida, m.75); Cardona (Adrián, m.28) y Chimy Ávila.
1 - Sevilla: Vaclik; Navas, Koundé (Carrico, m.58), Dego Carlos, Reguilón; Banega, Fernando, Jordán (Vázquez, m.58); Munir, Óliver (Dabbur, m 78) y Chicharito,
Goles: 0-1, M.11: Munir. 1-1, M.47+: Chimy Ávila
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Expulsó por doble amonestadión a Oier en el minuto 61. También enseñó tarjeta amarilla a Raúl Navas y Fran Mérida, por Osasuna, y a Koundé, Reguilón, Banega y Navas, por el Sevilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de la Liga Santander disputado en el estadio El Sadar, con 15.045 espectadores. Antes del encuentro, Adacen, asociación recientemente galardonada con la medalla de oro de navarra, realizó el saque de honor.