Reforzar la retaguardia y otorgar solidez al equipo se encontraba entre las principales prioridades de Monchi en el mercado estival, después de que el
Sevilla mostrara graves problemas en este sentido la temporada pasada. Así, el director deportivo, en consonancia con
Lopetegui, que también hizo hincapié en esta faceta, realizó un importante desembolso para la zaga y
remodeló casi completamente el centro del campo, sobre todo en el apartado de la contención.
Superado el primer tercio de la competición, ya camino del ecuador, los
números certifican que la revolución y el trabajo realizado a partir de ahí por el técnico
han surtido efecto, porque no sólo
se ha corregido el déficit, sino que el
Sevilla se ha convertido en un equipo casi impenetrable y de los
más sólidos del campeonato.
Esta realidad se refleja en que se erige en el cuarto equipo de
LaLiga que menos goles encaja con
14 tantos en 14 choques, un promedio de un tanto por encuentro que resulta un poco engañoso. Y es los nervionenses se han caracterizado por ser un bloque pétreo que concede muy poco al rival, lo que se traduce en pocas ocasiones en contra y en el significativo dato de que ha mantenido
su puerta a cero en
más de los mitad de los encuentros disputados en la presente campaña. Los cuatro encajados ante el
Barcelona y los tres contra el
Eibar 'ensucian' una estadística muy destacable ya de por sí.
No en vano, ha mantenido su puerta cerrada
en 10 de los 19 duelos jugados hasta ahora, con
cuatro de cinco en la
Europa League y
seis de 14 en el campepnato liguero. En el primero únicamente perforó sus redes el
Dudelange en el 2-5 a favor de los nervionenses en territorio luxemburgués, manteniéndose imbatidos en los dos partidos contra el
Qarabag, y en casa con
Apoel y Dudelange.
En
LaLiga, lo consiguió en las primeras tres salidas (
Espanyol, Granada y Alavés) y después de forma consecutiva en casa ante
Levante y Getafe. A partir de ahí, entró en una fase en la que encajó un gol en los tres partidos siguientes, ante
Valencia, Atlético y Betis, leve sangría que cortó contra el
Valladolid para recuperar su imbatibilidad, prolongada en
Europa contra el
Qarabag.
Así las cosas,
Tomas Vaclik es el segundo portero de
LaLiga que más veces ha terminado los partidos sin encajar, con seis, sólo por detrás del colchonero
Oblak, con siete, y empatado con el granadinista
Rui Silva y
Unai Simón, del
Athletic. Ahora, contra el
Leganés, el equipo menos goleador de la categoría, tiene la oportunidad de seguir exhibiendo la
dureza del muro que ha levantado.