Con el
Sevilla clasificado ya para la siguiente ronda, la visita del Qarabag se antojaba una oportunidad pintiparada para darle minutos a los menos habituales para que se reivindicasen. Así lo hizo
Lopetegui, que dio descanso a su ‘núcleo duro’ y apostó por los Pozo, Escudero, Ronny Lopes, Dabbur y compañía.
Respetó, de inicio, el técnico su habitual dibujo con el delantero israelí escorado a la izquierda y al brasileño Ronny Lopes por dentro, pero la acumulación de jugadores azerís en esa zona y la falta de ritmo y espacios dejaban a un
Sevilla inapetente e inocuo. Se echaba en falta a alguien que rompiese entre líneas, que sorprendiera por fuera, que moviera a la bien plantada defensa azerbaiyana.
No tardó en darse cuenta Lopetegui, que envió a Ronny a la banda y a Dabbur junto a Chicharito. Con el brasileño más pegado a la cal, algo más dinámico y menos apático que por dentro, el equipo encontró algo más de peligro. Poco.
Pero un equipo como el Qarabag que se sabe inferior, era consciente de que sus escasas opciones pasaban por apretar los dientes y arroparse atrás.
Lo hizo a la perfección en la primera mitad, pero inevitablemente fue perdiendo fuelle con el paso de los minutos y, principalmente, por la entrada de un
Bryan Gil que sí aprovechó los minutos que le dio el míster. Encefalograma plano el Sevilla hasta su salida, la irrupción del canterano, junto con el estreno europeo de
Mena, supusieron el factor diferencial en un partido que dejó en evidencia la apatía de Ronny y por qué jugadores como Chicharito no tienen más minutos en Liga.
Sin Navas, pero con tres canteranos
El
Sevilla acabó ayer con tres canteranos sobre el césped del Sánchez-Pizjuán, algo poco habitual: Pozo, que salió de inicio, Bryan Gil y el mediapunta Pepe Mena, que debutó en Europa con la camiseta del Sevilla.