La pareja
Jules Koundé-Diego Carlos se ha consolidado en el
Sevilla. La lesión de Daniel
Carriço le abrió las puertas del once al ex del Girondins, cuyas actuaciones han hecho que nadie se acuerde del luso. Carriço podría recuperar su sitio en el centro de la
defensa a la vuelta del parón, pero eso no es óbice para apreciar que
Monchi ha vuelto a dar con una pareja de zagueros que se adapta a su paradigma para el centro de la defensa.
A lo largo de su
trayectoria como director deportivo del Sevilla, Monchi siempre se ha inclinado por que los zagueros sean uno más
duro y otro más
elegante. En el caso de la actual dupla nervionense, Koundé juega el papel más fino, mientras que Diego Carlos es el más rudo.
Esta forma de diseñar la
defensa la inauguró el Sevilla con el fichaje de Julien
Escudé, quien llegó como complemento perfecto para
Javi Navarro. El valenciano había compartido zaga con Pablo
Alfaro e Ivica
Dragutinovic, dos jugadores de un corte similar al suyo, y Escudé llegó para aportar una mejor salida de balón.
Durante los años del galo en Nervión compartió defensa con jugadores como
Squillaci (08/09), el propio Drago o Cáceres (10/11), que aportaban la agresividad que le podía faltar al canterano del
Rennes. En esos años también emergió
Fazio, que primero formó dupla con Escudé (11/12), en una pareja en la que los dos eran similares. Luego Monchi fichó a
Spahic (12/13) para que aportara dureza a la buena salida del argentino.
En la 13/14 llegaron al Sevilla Carriço y
Pareja. El portugués comenzó jugando como pivote mientras Pareja hacía dupla con Fazio, pero en la 14/15 ya fueron la pareja habitual.
Para la 15/16 llegó
Rami, que jugó mucho junto a
Kolo. El primero fue contratado para ser titular, mientras que Kolo tuvo que asumir mucho protagonismo por las lesiones de Carriço y Pareja. El segundo apenas pudo jugar ese curso, mientras que el portugués se perdió toda la segunda vuelta. Regresaría en el tramo final, jugando incluso la final de la Europa League contra el
Liverpool.
Una temporada después, Pareja se hizo fijo en el centro de la zaga alternando con Rami y
Mercado, que aportaban el punto de dureza a la defensa. Ya en enero llegó
Lenglet, un zaguero con un exquisito trato de balón. La salida de Rami al
Marsella propició el fichaje de Kjaer, de un perfil parecido al galo.
En la 17/18, Lenglet se mantuvo fijo y alternaron a su lado Kjaer y Mercado. Tras marcharse el francés,
Machín introdujo la defensa de tres y esta campaña Monchi ha vuelto a configurar una pareja de centrales de las que le gustan, con Koundé aportando salida de balón y
Diego Carlos convirtiéndose en mariscal del área blanquirroja.