La visita al
Camp Nou justo antes del último parón de selecciones sirvió para escenificar la cruda realidad a la que se enfrenta el
Sevilla en este arranque de curso:
tiene muy poco gol para todo el caudal ofensivo que genera. O, en otras palabras: su porcentaje de acierto de cara a puerta está muy por debajo de las sensaciones que ofrecen los blanquirrojos.
De más a menos, los de
Julen Lopetegui han pasado de imponer su eficiencia ante
Espanyol,
Granada o
Alavés, por ejemplo, a sufrir en sus propias carnes, contra
Celta y
Real Madrid, la medicina que parecían haber patentado.
Lo de
Eibar (de 0-2 al descanso a 3-2 al final) debe considerarse un accidente, pues los nervionenses supieron reponerse y noquear a un igual, la
Real Sociedad, compitiendo con holgura en su visita al
Barcelona, donde el marcador (4-0) no reflejó ni por asomo lo visto en el campo, especialmente en el primer tiempo.
Pero el mal recurrente está siendo la pegada. Nada extremadamente preocupante, en realidad, pues el Sevilla está en la
Champions de
LaLiga entre los equipos que más disparan, incluso acotándolo en tiros a puerta, pero sus guarismos realizadores son de mitad de la tabla.
Ningún aspirante tiene tan poco 'punch', aunque parece una simple cuestión de puntería, de confianza. Por ello, no viene nada mal que el delantero titular,
Luuk de Jong, haya roto su sequía con Países Bajos o que el defenestrado
Dabbur siga en forma cuando se enfunda la camiseta de Israel, señal de que está preparado para tomar la alternativa en cuanto convenza al míster de que tiene nivel para no ser el tercero o cuarto en discordia arriba. En general, la ausencia de bajas es la mejor noticia para
Julen, que podrá optar hoy por un once de gala en el que no se esperan sorpresas.
Hay nueve seguros (Vaclik, bajo palos; Navas, Diego Carlos, Carriço y Reguilón, en la retaguardia; Fernando y Banega, a los mandos; y Ocampos y De Jong, en dos de las tres plazas del tridente), porque no parece que sea el momento de obrar una revolución. En la sala de máquinas del 1-4-3-3, invariable hasta el ensayo postrero con tres centrales ante el Barça,
Óliver Torres parece con ventaja sobre
Joan Jordán, mientras que arriba resiste
Nolito, algo más discreto en las jornadas recientes, por lo que se abre un mínimo abanico de alternativas. Porque hay plan, hasta el punto de que ganar supondría para el Sevilla recuperar plaza europea. A tiempo de casi todo si cambia el tino, el motor necesario para volar libre al fin.