Nueve partidos de Liga, cinco goles y dos asistencias, más otros dos tantos en Champions en las dos primeras jornadas de la fase de grupos.
Quincy Promes vuelve por sus fueros en el
Ajax tras un año que califica de "complicado" en el Sevilla. El jugador, sin sitio en una delantera que estaba ocupada por
Ben Yedder, André Silva o Munir, acabó primero jugando en banda y, al final, de carrilero. Una experiencia que le sirvió para formarse, pero que no le llenó, de ahí que ahora sea feliz en su nuevo club.
Pese a ello, Promes dejó un buen recuerdo en Nervión. Jugó 49 partidos con el
Sevilla, en los que marcó 3 goles y dio 9 asistencias, y ofreció, sobre todo, entrega y sacrificio. Eso le mantuvo en la selección, donde era y es un fijo para
Koeman. "Creo que regresé bien después de una temporada tan difícil. Fue un año instructivo. Me llevé las cosas positivas, pero tenía más expectativas. Ahora me han servido. Soy mentalmente lo suficientemente fuerte como para ser realista, para ver cuál era mi situación y es por eso que ahora estoy en
Ajax", asegura a medios holandeses desde la convocatoria de la Orange, donde ocupa un rol diferente al que tuvo durante la pasada campaña.
"Ésta es una gran oportunidad para demostrar que también puedo ser valioso en esta etapa", asguera el ex del
Sevilla F.C., quien se ha encontrado en las últimas semanas con unas críticas a su juego que no esperaba tras este gran comienzo. Y que no sabe "de donde vienen". "Deberías preguntarles a los que siempre son negativos conmigo. Si pueden corroborarlo, también tengo curiosidad al respecto", asegura
Promes, quien se apoya en la confianza que tanto Ronald
Koeman como Erik
ten Hag, el entrenador del Ajax, tienen en él para seguir confiando en su juego: "Ellos ven de cerca lo que yo estoy ofreciendo. No son unos cualquiera en el fútbol. Si confían en ti, eso es suficiente. Me quedo con lo que es relevante, con los comentarios de los entrenadores, compañeros y familiares", indica.