El Ramón Sánchez-Pizjuán se engalanó para albergar un encuentro de su competición fetiche, la Europa League. En frente, la escuadra dirigida por Lopetegui recibió al APOEL chipriota, un equipo con experiencia en la Champions y que fue derrotado sorprendetemente por el Dudelange luxemburgués.
El partido se las prometía felices con el tanto inicial de Chicharito a pase de Munir -dos jugadores olvidados por el técnico sevillista ante el Real Madrid-. Sin embargo, el ritmo del partido bajó tanto que la afición necesitaba ser agitada. La respuesta a ello no fueron ni los goles ni ninguna jugada digna de highligths. El hombre encargado de levantar las gradas del Pizjuán fue, Munas Dabbur. Cuando el israelí enfiló el banquillo para salir al campo en el minuto 78, el respetable de Nervión rompió en una atronadora ovación para recibir al ex del Salzburgo.
Dabbur fichó por el conjunto hispalense en el pasado mercado de invierno con Caparrós al frente de la dirección deportiva. De primeras, no parecía un mal fichaje. Cuarenta y dos goles en las dos últimas temporadas en Austria y hasta enero, el máximo goleador de la Europa League. En su cuenta de Instagram mostró su enorme alegría por debutar en competición oficial con el Sevilla: "Estreno en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Agradecido por el enorme apoyo. Ha sido impresionante", manifestó. El ariete es un jugador que por una cosa o por otra, no ha terminado de convencer a Julen.
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