Qarabag 0-3 Sevilla FC: Clínic en Asuntos Exteriores

Qarabag 0-3 Sevilla FC: Clínic en Asuntos Exteriores
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
Tardó el Sevilla en imponer la lógica en su debut este jueves en la Fase de Grupos de la Europa League, aunque la calidad terminó imponiéndose en Bakú. Fueron de menos a más los blanquirrojos, que apretaron en la segunda mitad, aunque debieron recurrir a su mejor arma para desatascar los partidos últimamente: el balón parado. Sin Jordán, Chicharito abrió la lata desde fuera del área con un fenomenal libre directo, que rivalizó con otros dos tantos postreros (de Munir, de vaselina, y de Óliver, de chilena) para enlucir un poco más la cuarta victoria en otros tantos desplazamientos del líder de LaLiga, que lo es, entre otras cosas, por su maestría y pragmatismo cuando ejerce con la cartera de Asuntos Exteriores bajo el brazo. Éxitos foráneos (por dónde se producen y por dónde llegan sus primeros goles) para una escuadra que fue ganando en confianza con el discurrir de la contienda en el Tofiq Bahramov.

De inicio, Lopetegui refrescó dos tercios de su once, aunque los nervionenses se las prometían muy felices al ver cómo apabullaban con su habitual fútbol-control a un oponente replegado a verlas venir. Con Joan Jordán y Óliver Torres, dos de los cuatro que repitieron, al mando, el Sevilla pudo encarrilar pronto el encuentro, aunque la pegada seguía siendo (y lo sería durante una hora) el gran debe de esta plantilla.

En el 4, Diego Carlos se quedó con el molde cuando lo más fácil era apuntillar, en el segundo palo y sin oposición, una falta colgada por el otrora armero, al tiempo que Chicharito desperdició hasta tres claras: una dejada de cabeza del Mudo, un servicio al corazón del área de Pozo -un puñal por la derecha- y una dejada de tacón de Munir, el que más cerca tuvo el 0-1, ya con el descanso a las puertas. El hispano-marroquí, que antes había avisado a Begovic de zurda desde la frontal, remató de primeras el enésimo centro de Pozo, pero el disparo a botepronto se marchó por encima del travesaño. El hervense, a pierna cambiada, y Koundé, casi sin querer a la salida de un córner, pusieron en apuros igualmente al cancerbero bosnio, si bien las sensaciones fueron por debajo de lo numéricamente expuesto.

Y es que el Qarabag fue perdiendo la vergüenza y el miedo conforme pasaban los minutos, alimentado el cuadro de Gurbanov por un par de errores en la salida de los hispalenses. Aílton conectó con el torpón Gueye nada más arrancar, mientras que Richard Almeida cruzó en exceso con la izquierda tras un mal pase de Jordán (9’). Munir y Escudero no se entendieron al filo de la media hora y dejaron a Abbas Hüseynov plantarse solo en el área, aunque Diego Carlos le estorbaría lo justo a la postre. A once del intermedio, Jaime Romero se fabricó una falta esquinada que él mismo lanzó cerrada para que el larguero repeliera el intento más peligroso del periodo inicial para los azeríes.

En la reanudación, Lopetegui ordenó intensificar la presión alta para que el debut en la Europa League no de indigestara, por lo que los compases iniciales reprodujeron el guion inaugural, acaso con un punto más de intensidad por parte blanquirroja, si bien con el mismo tino. Un doble regalo de Koundé (54’) propiciaría una contra de Gueye y Míchel Madera que no pudo culminar con acierto Jaime Romero, un aviso a navegantes.

Jordán, justo antes de dejar su sitio a Rony Lopes en busca de una mayor profundidad, y Franco Vázquez lo intentaron con sendos zurdazos desde el semicírculo, pero la circulación nervionense era lenta, con lo que los ataques se volvían predecibles. Iba a ser, de nuevo, el balón parado la solución a los males sevillistas. Sin los grandes especialistas (Banega, Joan Jordán) sobre el terreno de juego, Chicharito se la pidió a Gudelj, que también la pretendía, para poner en la misma escuadra, superando la barrera, un libre directo por derribo a Munir en la frontal.

El panorama cambiaba considerablemente, como ocurrió otras tantas veces en LaLiga, ya que, ahora, le tocaba al Qarabag arriesgar. Lo procuró Zoubir en una acción personal, pero Vaclik estuvo atento abajo, obteniendo respuesta en un tiro calcado de Rony Lopes. Lopetegui metió a Banega por Chicharito, prescindiendo de la referencia arriba para tener más posesión y que el reloj corriera. Encima, Éver vio un hueco descomunal entre los adelantados centrales azerbaiyanos por el que se coló Munir, brillante en su ejecución de vaselina ante la salida a la desesperada de Begovic (78’). El final feliz de la historia estaba ya asegurado.

De hecho, anduvo siempre más cerca el tercero que el del honor para un Qarabag que, lógicamente, bajó los brazos para que el epílogo fuese más plácido si cabe. En el 85, Óliver Torres agrandó la herida local con un remate tan difícil como bonito, de chilena a la media vuelta, después de una apertura de Munir a Rony y de éste a Pozo para que el aljarafeño la cuelgue al segundo palo y el Mudo la deje de testa.