Sevilla F.C. 1-1 Celta: A la roca de Lopetegui le falta más pegada

Sevilla F.C.  1-1  Celta: A la roca de Lopetegui le falta más pegada
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 8 min lectura
El más mínimo detalle cuenta. A favor, en contra. Producto de una igualdad que no permite deslices ni dejar cabos sueltos. No basta quizás con construir un equipo casi impenetrable, orquestado desde el sacrificio, la solidaridad y una perfecta interpretación de los movimientos sin balón. Porque ser una roca proporciona seguridad y un punto de partida para crecerse a partir de la confianza que otorga esta fortaleza, pero no garantiza el éxito sin el acompañamiento de mordiente en los últimos metros. No se acusó en Cornellá y Granada porque no hubo ni un sólo resquicio en la concentración, lo que, a su vez, supone una condición extrema que ayer no cumplió en una acción aislada, la que un Celta dominado la mayor parte del choque exprimió para sustraer dos puntos en el regreso de Nervión, Y lo cierto es que el Sevilla de Lopetegui mereció más en su puesta en escena en casa por su ambición y fases de juego que denotaron una labor esmerada, pero un listón tan alto eleva la exigencia a las nubes y requiere el todo, lo que obviamente incluye más maldad arriba para no realizar equilibrios sobre el alambre de su propia consistencia coral. Anoche este déficit le costó renunciar al pleno antes del parón y Monchi saben lo que se requiere. Y aún hay tiempo, en todos los sentidos, para no desviarse de una senda, sin duda, ilusionante.

De momento, el primer once de la temporada en el Sánchez Pizjuán confirmó la plena confianza de Lopetegui en un equipo muy definido, con una única novedad determinada por el estado físico de Ocampos. El argentino se sumó al grupo en los últimos entrenamientos y finalmente se convirtió en uno de los descartes en la lista de 21. Su lugar lo ocupó Munir, que se estrenó como titular y partió en el perfil diestro del ataque mientras que Nolito se mantuvo, una vez más, en la izquierda por delante de Reguilón, listo tras el golpe sufrido en Granada.

Por lo demás, las mismas piezas para ejecutar una consigna ya completamente reconocible: presión muy adelantada y ayudas para cerrar espacios de cara a recuperar pronto en la contención, y constante aperturas y movilidad para generar de dentro a fuera y finalizar con centros desde la banda. La entrada de Munir aumentó la presencia sevillista en ataque, pues tendía al centro y abría el carril para Navas, instalado en campo vigués y protagonista absoluto de las primeras acciones de los nervionenses, que en los en los diez minutos iniciales fabricaron hasta cuatro ocasiones con remates de Diego Carlos alto, de De Jong, con la testa, de Jordán fuera y de nuevo del holandés en una acción personal de Reguilón. El madrileño no tardó en duplicar las vías ofensivas de los locales con sus arrancadas en la zurda ante un Celta superado e incapaz de respirar con el esférico, pues apenas le duraba ahogado por el coordinado acecho sevillista y sufría sin él por el acoso de un rival muy abierto que le ganaba casi todos los duelos y le obligaba a sacrificar la protección o en el centro o en las bandas. Optó más por lo segundo y por ahí incidió el Sevilla, como en un servicio de Banega desde la zurda que remata demasiado cruzado De Jong.

Caían más balones en el área que en las anteriores citas y no terminaba de acertar el '9' blanquirrojo, de nuevo en boca de gol en un suculento centro de Navas que tampoco acertó a remachar. El paso de los minutos no reducía el dominio blanquirrojo, ya fuera con transiciones frenéticas, con pases largos milimétricos o posesiones más pausadas, siempre con una circulación fluida, pero la hegemonía nervionense no cristalizó en ventaja en la primera parte a pesar de que Munir se acercó otra vez con un cabezazo a centro de Reguilón por falta de definición.

Era la asignatura pendiente para una reanudación que arrancó con una aparente alternancia en el control, con un Celta tratando de presionar más arriba y de exponer su argumentos técnicos en la media, si bien la omnipresencia de Jordán y Fernando y los automatismos en la resta de este Sevilla le permitió retomar el pulso, primero con balonazos largos bajados por De Jong y luego con asociaciones por dentro para percutir por los carriles. Aun así, faltaba la frescura del primer acto, lo que buscó Lopetegui con la electricidad de Bryan Gil en detrimento de Munir. Ganó en chispa pero la continuidad en ataque ya no existía y al Sevilla le costaba mover al Celta, profundizar, lo que conseguía a cuentagotas con las carreras de Reguilón.

No obstante, tampoco padecía cuando proponía el Celta por las mínimas concesiones del bloque construido por el técnico vasco, quien apostó por un cambio tan inesperado a priori como acertado, pues el Mudo entró por Jordán y cabeceó a la red una falta botada con Banega. 1-0 en el 81'.

Adelantarse siempre había sido decisivo, porque aún no había encajado, pero sólo tres minutos después el Celta maximizó su calidad en la vanguardia para golpear por medio de Denis Suárez. La primera de los vigueses malograba de inmediato lo mucho que habían necesitados los nervionenses para adelantarse.

Es la consecuencia de no resolver en el otro área y depender de que no haya una sola grieta, reto que prácticamente completa en otra exhibición de solidaridad y buen trabajo colectivo. Base sobre la que trabajar en el parón para mejorar los conceptos ofensivos, tarea que hasta el cierre de mercado también incumbe a Monchi, y que luzcan aún más las evidentes virtudes de este Sevilla de Lopetegui, muy consistente y con silueta de equipo con aspiraciones serias.

Ficha técnica:

Sevilla: Vaclik; Jesús Navas, Carriço, Diego Carlos, Reguilón; Fernando, Éver Banega, Joan Jordán (Franco Vázquez 70'); Munir (Bryan Gil 55'), De Jong y Nolito (Rony Lopes 79').
 
Celta: Rubén Blanco; Kevin Vázquez (Hugo Mallo 65'), Aidoo, Araujo (David Costas 76'), Olaza; Brais Méndez, Lobotka, Beltrán, Denis Suárez; Iago Aspas y Toro Fernández (Santi Mina 53').
 
Goles: 1-0 (81') Franco Vázquez; 1-1 (84') Denis Suárez.
 
Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Madrileño). Amonestó a los visitantes Kevin Vázquez y Brais Méndez, y a los locales Munir, Diego Carlos, Fernando y Bryan Gil.