Se suponía que iba a ser titular. En parte porque la idea del Ajax era la de vender a
Neres y Ziyech y no lo ha hecho finalmente, en parte porque lo compró por
una cifra astronómica (15,7 fijos), para tratarse de la Eredivisie, si bien
Quincy Promes apenas está teniendo protagonismo en el cuadro 'ajaccied'.
Dos ratos en el campeonato local (21 minutos ante el Vitesse y 31 contra el Emmen)
y otro (59') en la Copa, frente al PSV. En la previa de la Liga de Campeones, ante el PAOK, cero.
En Rusia, a Promes le iba todo de maravilla. Ya tenía un buen contrato y se proclamó hasta 'pichichi' del campeonato local. El Sevilla aparecía como su gran oportunidad para recalar en una liga de máximo nivel, si bien resultó ser
un paso en falso. Más que él, tuvo la culpa la dirección deportiva comandada por Joaquín Caparrós:
Promes no hacía falta en ese Sevilla porque Promes es extremo y ese Sevilla, con el 3-5-2 de Machín, jugaba sin extremos. La desesperación y la falta de experiencia en el cargo...
Extrañamente, el internacional holandés
se fue cuando mejor iba a encajar, pues parecía un futbolista ideal para el 4-3-3 de un Lopetegui al que, además, le gusta que sus jugadores de banda permuten constantemente sus posiciones y Promes
también sabe jugar en la derecha. Lo ha hecho, sobre todo, en la selección.
En Nervión, sin embargo,
necesitaban 'cash' para cuadrar las cuentas del ejercicio 18-19, así como para comenzar a acometer la gran revolución que tenía ideada ya Monchi, quien era consciente de que
por los descartes no iba a sacar mucho. Como añadido, en el club
no gustaba el modo de vida del jugador, a quien la Policía cazó por Marbella, por ejemplo, con más alcohol del permitido en la sangre.