El equipo de trabajo de
Monchi ya dejó buenos informes de Sander
Berge, jugador al que quisieron fichar tanto Óscar Arias como Joaquín Caparrós. El director deportivo del Sevilla sigue teniendo al noruego en buena estima, aunque otra cosa será convencer a su equipo, el
Genk.
Y es que el equipo belga es un hueso y se ha descolgado pidiendo 25 millones de euros por el centrocampista. Una cantidad que el
Sheffield United estaba dispuesto a afrontar. Sin embargo, el internacional cree que el siguiente paso en su carrera es de suma importancia y no se veía en un recién ascendido a la Premier League.
Con muchos mejores ojos ve la opción del Sevilla. El futbolista sabe que ha habido un seguimiento intensivo de su rendimiento en las últimas temporadas. El regreso de Monchi y la apuesta por Lopetegui refuerzan su idea. Cree que encajaría en el 4-3-3 tanto como pivote como jugando de interior.
La temporada pasada, el
Sevilla realizó un último intento cuando supo que iba a traspasar a Nzonzi, pero el Genk subió el precio pactado. Llegó
Gonalons, pero
Berge arrancó un acuerdo para que facilitaran su salida este verano si llegaba una oferta satisfactoria.
El precio, según apuntan desde Bélgica, es negociable y depende de quién llame a la puerta, si es un club Premier o uno de LaLiga será diferente. En el caso del Sevilla,
Jordán ha llegado por 15 millones y
Ocampos por algo menos. En esos parámetros debería moverse la incorporación de
Berge.
Está por ver si el
Genk hará caso a ese acuerdo, ya que en su contrato no hay cláusula de rescisión ni obligación de sentarse a negociar y el equipo belga no quiere desprenderse a cualquier precio de un futbolista que considera vital para una temporada en la que jugará la Champions League.
Llegado el caso, el futbolista pondría de su parte, aunque en ningún caso desea pasar por la experiencia de su buen amigo Alejandro Pozuelo, enzarzado en una guerra de comunicados con su ya exclub antes de marcharse a Toronto.