Durante el mercado invernal, el
Sevilla afrontaba los meses decisivos de la temporada con la mente todavía puesta en tres competiciones (
LaLiga, Europa League y Copa del Rey). Por ello, el conjunto hispalense decidió reforzar el plantel en todas sus líneas con al menos un futbolista. Así se produjeron las llegadas de
Maximilian Wöber, Marko Rog y Munir El Haddadi.El central austríaco venía procedente del
Ajax para mejorar una defensa que cojeaba en el perfil zurdo del esquema de tres centrales. Además, su polivalencia y juventud le permitían también, en determinados casos, poder actuar incluso como lateral o carrilero en el sistema de
Pablo Machín. Los 10 millones de euros desembolsados por el zaguero vislumbrando su posible proyección (21 años) se vieron con muy buenos ojos tanto en la directiva como en la dirección deportiva sevillista.
Tras algunas semanas de adaptación donde apenas contó para el técnico soriano y se perdió la eliminatoria copera ante el
Barcelona, Wöber comenzó a ser partícipe del equipo en el campeonato doméstico. Noventa minutos en la goleada ante el Levante, y dos titularidades seguidas frente al
Eibar y el Villarreal parecían asentarle en el once de
Machín. Sin embargo, su actuaciones más que discretas le relegaron al banquillo en los siguientes encuentros hasta esta última jornada de liga en la que recuperó el rol de titular con
Joaquín Caparrós. Wöber no ha tenido del todo el peso que se esperaba en el cuadro nervionense (solo ha disputado el 36% de los minutos desde que llegó), pero el relevo en el banquillo puede venirle bien.
A Munir le sucede algo parecido. El ex del
Barcelona abandonó la
Ciudad Condal por apenas 1 millón de euros y recaló en el
Sevilla como alternativa a la fructífera dupla atacante que formaban
André Silva y Wissam Ben Yedder. El cuadro sevillista llevaba tiempo detrás del delantero hispano-marroquí debido a su movilidad y capacidad asociativa, por lo que finalmente llegó a un acuerdo con el
Barça para hacerse con sus servicios, ya que en verano se iría gratis. Le costó entrar en la dinámica del equipo, especialmente tras la lesión muscular que sufrió nada más llegar, la cual le tuvo alejado de los terrenos de juegos durante varias semanas y le impidió disputar los cuartos de
Copa ante su ex equipo y alguna jornada de Liga. Después de recuperarse, y aprovechando el bajón de forma de
André Silva, empezó a ganarse la confianza de
Machín, y aunque variando su posición (ha jugado tanto en punta como caído en algún costado), ha ido entrando en los onces iniciales. Ha jugado el 34% de los minutos desde que aterrizó en
Sevilla, pero perdió la titularidad con
Caparrós contra el Espanyol.
El último caso es el de
Rog. El croata ha sido el fichaje invernal menos utilizado, con un escaso 24% de participación desde su llegada. Se presumía que podría ser un gran acompañante para Banega en la medular en los momentos que flaquearan los
Sarabia, 'Mudo' Vázquez... pero su relevancia sobre el césped ha sido bastante pobre. En una de sus pocas salidas de inicio, tuvo un buen papel en el partido ante el Barcelona en liga, permitiéndole repetir la siguiente jornada ante el
Huesca. No obstante, la caída general del equipo le condicionó bastante. Su mal papel en Europa ante el
Slavia de Praga le afectó para acabar de perder el peso que había ganado.
Con Caparrós en el banquillo, su apoyo en el club tras decidir su fichaje, el croata puede recuperar y demostrar el fútbol que le llevó al
Nápoles.