Apenas pudo contar con él, pero Pablo Machín siempre esperó poder tener disponible a Maxime Gonalons porque intuía lo que le podía aportar. En su primer partido al frente del Sevilla, Caparrós no dudó en darle la titularidad al jugador francés. En un equipo en el que a muchos jugadores les quema el balón en los pies, Gonalons tuvo personalidad para pedirla y calidad para entregarla en las mejores condiciones para el compañero. Cuando más apretaba el Español también sacó el carácter y no le tembló la voz para arengar a sus compañeros buscando una reacción.
Gonalons evidenció ser un centrocampista de jerarquía, un pivote de los que saben jugarla y guardar el sitio, el ideal para jugar por delante de la defensa y dar empaque a un equipo atenazado y que necesitaba la confianza de las victorias para salir de la dinámica negativa en la que se encontraba. Si tras muchos meses sin ser titular ofreció este nivel, con ritmo el francés puede aportar muchísimo.