Poco ha cambiado la historia desde el pasado mes de enero, cuando la ventana de transferencias cerró en
Europa y el brasileño
Guilherme Arana permaneció en Nervión, a pesar de los múltiples intentos del
Corinthians por repatriarlo.
Habiendo perdido (aún más) la confianza de
Pablo Machín a lo largo de este tiempo y estando aún ahí el
Timao, todo indicaba que el lateral izquierdo acabaría volviendo a Brasil antes de que el mercado brasileño echara el cierre, algo que se producirá el próximo 3 de abril.
Y esa, al menos, es la intención tanto en
Nervión como en
Brasil. Para ello, de hecho, ha viajado a la capital hispalense el director de fútbol del Corinthians,
Duilio Monteiro; figura que se reunió el pasado miércoles con la entidad blanquirroja con el deseo de acabar finiquitando el traspaso del joven zaguero, esperándose su 'deadline' para el jueves.
Finalmente, no sucedió, debido a que el
Corinthians apenas ha cambiado su
planteamiento financiero y
pretende firmar al brasileño prácticamente sin dinero. O mejor dicho, sin avales que aseguren la compra de un futbolista que ha sido tasado en algo más de ocho millones de euros
(8,5 la última propuesta) a pagar en varios plazos. El primero de ellos, ahora, y no en 2020 como era la intención de los rectores del Timao.
El
Sevilla, en su intento de facilitarlo, está dispuesto a rebajar ligeramente las exigencias económicas del primer pago, que se estima en unos
tres millones, siempre y cuando estén asegurados los pagos futuros, algo que no sigue estando del todo claro. Es decir, un nuevo encuentro prácticamente improductivo que no ha hecho más que alargar una
negociación que, por ahora, no tiene nueva fecha prevista y cuyo cierre está supeditado exclusivamente a que el
Corinthians acabe de confirmar los pagos que dice estar dispuesto a afrontar para hacerse con
Arana.
En
Brasil, mientras tanto, acusan de todo el embrollo al exsevillista
Renato, actual director deportivo del
Santos que habría intentado firmarlo y que, al no conseguirlo, habría filtrado al
Sevilla de las dificultades económicas del
Corinthians para abordar su fichaje. El futbolista, por su parte,
sólo quiere volver a casa y está dispuesto a perder los cuatro millones de euros (salario y pluses) que tiene firmados en
Nervión. Es decir, la misma historia que hace dos meses.