Europa como tabla de salvación. El petancampeón regresa a su torneo fetiche en el momento más bajo de la temporada, con la
Champions a cinco puntos y Pablo Machín seriamente cuestionado. De momento, recibe el respaldado de quienes gobiernan el club, pero el soriano tiene la obligación perentoria de reanimar al equipo y para ello cuenta con dos partidos en cuatro días al calor de su gente, en un
Sánchez-Pizjuán que siempre acude al rescate de los suyos, como guarida de una fiera herida sobre la que arrecian las críticas justificadas.
Una victoria en sus diez últimos partidos de
Liga, con un pobre balance de seis puntos de 30 posibles, hablan a las claras de una crisis con mayúsculas que hacen sobrevolar los fantasmas sobre
Nervión, escenario esta tarde de un juicio en toda regla.
Tras el enésimo despropósito lejos de casa, los sevillistas necesitan resurgir en un fortín que últimamente ya no es lo tanto en el campeonato doméstico, si bien sus números en
Europa esta campaña son inmaculados: siete victorias en siete partidos, 24 goles a favor y uno en contra.
A ello se aferra un
Sevilla que siente esta competición como suya y que acogió el emparejamiento ante el
Slavia de Praga con una sonrisa, más aún tras apear en la ronda anterior a la
Lazio. Pero lo últimos acontecimientos han encendido las alarmas y han llevado a extremar las precauciones. El respeto al conjunto checo, líder en su liga, es máximo, si bien la principal preocupación reside en comprobar la propia reacción de unos jugadores que han arropado a su entrenador y han apelado a la unión para volver a ver la luz. Es el mensaje que toca en estos difíciles momentos.
Palabras que ahora deben ser transformadas en hechos para superar el cansancio físico y mental y recuperar las sensaciones de ese equipo que era colmado de elogios en el primer tercio de la temporada.
A priori, los cambios se antojan necesarios, pero no es
Machín hombre de revoluciones. La defensa de cuatro que puso en liza ante el
Barça sólo parece un recurso excepcional y todo apunta a que seguirá formando con tres centrales, con el recuperado
Carriço de vuelta en una zaga que completarían
Kjaer y Sergi Gómez, con Jesús Navas y Promes en los carriles, donde no hay mucho más para elegir.
Arriba,
Ben Yedder seguirá tirando del carro como compañero en ataque de un André Silva que también necesita resurgir en el plano personal, mientras que en la medular, con
Franco Vázquez sancionado,
Roque Mesa podría entrar por
Marko Rog para formar junto a los insustituibles
Banega y Sarabia. Leves retoques, por tanto, en el equipo del último naufragio en
Huesca.
Enfrente, por su parte, el
Slavia buscará aprovechar los nervios sevillistas y hacer valer la rocosidad de un bloque que, por encima de nombres, sobresale por encajar poco, con lo que subsana su menor pólvora, si bien llega tras dar la sorpresa con un
1-4 al Genk. Aviso a navegantes para un
Sevilla que siempre que superó esta ronda acabó levantando el título. El refugio perfecto.
Alineaciones probables:Sevilla: Vaclík; Carriço, Kjaer, Sergi Gómez; Jesús Navas, Sarabia, Banega, Roque Mesa, Promes; Ben Yedder y André Silva.
Slavia de Praga: Kolár; Coufal, Kúdela, Deli, Boril; Soucek, Traoré; Masopust, Husbauer, Zmrhal; y Skoda.
Árbitro: Ruddy Buquet (Francia).
Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán.
Hora: 18:55.