Hermanos, pero no primos, pensó
Pablo Machín al medirse por primera vez a 'su'
Girona desde que cambiara Montilivi por el
Sánchez-Pizjuán; un equipo en el que creció como profesional a la par que la entidad catalana y donde guarda un sinfín de amistades. Una relación fraternal que el de Gómara dejó aparcada durante 90 minutos, sumando una nueva victoria como local
(¡Y ya van diez consecutivas entre todas las competiciones!) que evidencia que su
Sevilla es tan fiel a
Nervión como su afición, que, como ya hiciera ante el
Krasnodar, volvió a demostrar su oposición a una futura venta de la entidad a un grupo extranjero, protagonizando una sonora protesta durante los prolegómenos del partido y al final del mismo: "El Sevilla no se vende".
Para ello, el soriano plantó al mejor equipo posible e introdujo tres novedades con respecto al encuentro del pasado jueves:
Kjaer,
Jesús Navas y
Sarabia.
Roque Mesa, que ya jugó frente al
Krasnodar como interior supliendo al ex del
Getafe, hizo ayer lo propio ocupando el hueco dejado por el
'Mudo', sancionado. Una ausencia, la de
Franco Vázquez, que sufrió bastante el equipo de
Machín, echando de menos esa pausa que aporta el
'Mudo' ante un Girona que durante el inicio impuso un ritmo muy alto que obligaba a un fatigado
Éver Banega a cubrir mucho campo. El rosarino solicitaba a los suyos que no se la jugaran a la primera, que temporizaran más el balón y que
Roque no le cediera tanto campo a la hora de la recuperación; unas premisas que fueron clave a la hora de aguantar el correcalle que el
Girona imponía. Y con ello llegaron los mejores minutos sevillistas antes del descanso, a pesar de que la primera aproximación clara del encuentro, en el 8', había sido también para los de Nervión, cuando
Ben Yedder remató un balón que se estrelló en el lateral de la red defendida por
Iraizoz.
El
Sevilla se encontraba poco a poco consigo mismo y las ocasiones comenzaban a aparecer: un tiro lejano de
Banega en el 23' que salió fuera, un remate de
Escudero que evitó Iraizoz y la más clara hasta el momento: Sarabia, entrando por la derecha a la media hora de partido, se topó con
Iraizoz, quien le sacó con la pierna un balón al palo corto tras un sensacional pase de
André Silva.
Los de
Pablo Machín buscaban el gol antes del paso por vestuarios, y casi lo consiguen por medio de
Roque Mesa, que poco antes del pitido del árbitro recuperó una pelota en la frontal del área que
Iraizoz, nuevamente con la pierna, sacó al canario desde dentro del área. Pero también se pudo ir el
Sevilla al descanso con el marcador en contra, sacando
Vaclik, prácticamente con la cara, un lanzamiento de
Stuani ante un gran pase de
Portu. Tres ocasiones clara de gol (dos para el Sevilla y una para el Girona), que no evitaron que la segunda mitad comenzara con empate a cero en el luminoso.
Pablo Machín, en cambio, imprimiría una velocidad más a los suyos en la segunda parte, saltando al verde un
Sevilla más rápido y vertical que atosigó al
Girona desde el inicio, cuando
Bernardo se mostró providencial en una pared entre
Sarabia y
Ben Yedder en el área o cuando Escudero lo intentó desde lejos, saliendo desviado.
Y como no podía ser de otra forma, llegó el gol del
Sevilla, de penalti, por medio de
Banega en el 55':
André Silva, que recortaba en el área, fue derribado por
Juanpe. El 1-0 desperezó al Sevilla, evitando Iraizoz a la hora de partido un centrochut de
Sarabia que se envenenaba. Sería el madrileño, en el 64', quien firmaría el segundo gol nervionense tras una acción combinativa del Sevilla casi al primer toque que el madrileño y
Ben Yedder finalizaron con una pared.
Con el 2-0, Eusebio movería el banquillo, dándole entrada al delantero
Doumbia por
Valery, carrilero. Una clara intención de morir matando que casi le sale bien al
Girona, gozando de una ocasión clara de gol el ariete del conjunto catalán en la primera oportunidad que tuvo. Un pase de ruptura a las espaldas sevillistas sorprendió a un
Tomas Vaclik que salió blandito.
Con el
Girona roto, llegó el asedio blanquirrojo, desaprovechando
Escudero un tiro que salió alto. No le gustaba a Eusebio lo que veía sobre el campo y aprovechó la lesión de
Doumbia, que tan sólo duró unos minutos sobre el campo, para arropar un poco más a los suyos y dedicarse a colgar balones al área en busca de que
Stuani cazara alguno. El
Sevilla, por su parte, aprovechó para forzar las amarillas de
Banega y
Sarabia, que no estarán en Butarque pero quedan limpios para el Atlético, marcándose
Vaclik un vuelo sin motor en el epílogo. Nuevo triunfo que mantiene al
Sevilla en la lucha por la zona alta de la tabla.
- Ficha técnica:
Sevilla F.C.: Vaclík; Carriço, Kjaer (Mercado 79'), Sergi Gómez; Navas, Roque Mesa, Banega, Sarabia, Escudero (Promes 89'); Ben Yedder (Arana 92') y André Silva.
Girona F.C.: Iraizoz; Ramalho, Bernardo, Juanpe; Porro, Pere Pons, Douglas Luiz (Aleix García 62'), Valery Fernández (Doumbia 71') (Granell 81'); Portu, Borja García; Stuani.
Goles: 1-0 (55') Banega, de penalti;
2-0 (64') Sarabia.
Árbitro: Cuadra Fernández (c. balear). Amonestó a Banega y Sarabia por parte del Sevilla; por el lado del Girona vio cartulina amarilla Valery.
Incidencias: Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. 33.542 espectadores.