El Villanovense sueña con dar la campanada

El Villanovense sueña con dar la campanada
El cartel del Villanovense para anunciar el partido. - F. M.
Fernando MateosFernando Mateos 3 min lectura
Llega la primera final del curso al Sánchez-Pizjuán. No debe tener problemas el Sevilla para eliminar al Villanovense y plantarse en los octavos de final de la Copa del Rey. Pero el empate a cero de la ida en tierras extremeñas obliga a los de Machín a tomarse muy en serio la cita de este miércoles (20:30 horas) y, a buen seguro, hará que el técnico soriano introduzca menos rotaciones de las que habría querido en un principio.

La segunda unidad firmó un pobre partido en el Municipal de Villanueva de la Serena, con el atenuante del mal estado del césped, y eso ha dado alas además al conjunto extremeño, que sueña con dar la campanada, como reza el cartel con el que ha anunciado el partido a través de las redes sociales.

En Nervión, por tanto, harán bien en dejar las confianzas a un lado y ponerlo todo de su parte para evitar una de esas sorpresas que de cuando en cuando jalonan el torneo del K.O. El propio Sevilla, de hecho, las ha sufrido en alguna ocasión en sus carnes, siendo especialmente recordada la eliminación a manos de Isla Cristina en la 97/98, tras vencer 1-2 en la localidad onubense y caer 2-3 en la 'Bombonera'.





Desde entonces, otros tres conjuntos de Segunda B han sido capaces igualmente de dejar en la cuneta a los hispalenses. Así, Xerez y Ciudad de Murcia lo hicieron de forma consecutiva en la 00/01 y la 01/02, si bien en aquellos años esas primeras rondas se jugaban a partido único en el campo del equipo de inferior categoría, cayendo en ambos casos el conjunto blanquirrojo por 2-1.

No comenzó nada bien el siglo XXI para los sevillistas en un torneo con el que luego han mantenido un especial idilio, al llegar jugar ocho ocasiones a semifinales desde entonces. Pero también en este periodo hubo lugar para la sorpresa. Fue en la 13/14, ante otro Segunda B como el Racing de Santander, que se impuso por 0-2 en el Pizjuán tras la victoria por la mínima del cuadro nervionense en El Sardinero. Ejemplos, por tanto, hay de sobra para ser precavidos.