Blanco, one club man de casta y coraje

Blanco, one club man de casta y coraje
- E. García / Á. Palomo
Enrique GarcíaEnrique García6 min lectura
Pablo José Blanco Blanco (Sevilla, 15 de diciembre de 1951) tiene de sevillista hasta el apellido, y por partida doble. "Nací en el año 1951, en la Macarena, muy cerca de la calle Arrayán. Desde pequeño estuve con los Salesianos en San Vicente y la Trinidad. En el colegio empecé a dar patadas a un balón, después pasé a los infantiles del Don Bosco y, jugando un partido contra el Sevilla, Casto Ríos se fijó en mí. Desde entonces, toda mi vida futbolística ha transcurrido con el Sevilla". Así contaba Blanco su llegada al Sevilla en 1972, cuando con 21 años disputaba su segundo curso en el Sevilla. Su idilio con el club continúa cinco décadas después de aquel Don Bosco-Sevilla. Una historia premiada con un Dorsal de Leyenda -el del '2' con el que debutó- con el que el Sevilla reconoce la aportación de quien fue, hasta la llegada de Navas, el futbolista que más partidos vistió la camiseta del Sevilla en partido oficial. Un one club man que ha desarrollado toda su vida profesional en el Sevilla, primero como jugador, después en la secretaría técnica y ahora como director de la cantera, esa que en la que se formó y a la que sigue manteniendo entre las mejores del país.

Casta y coraje
A Pablo Blanco no le tocó vivir la mejor etapa del Sevilla. Debutó en la 71/72, con 20 años, en un Sporting 1-0 Sevilla. Su primera mala experiencia fue el descenso a Segunda esa misma temporada. En la Categoría de Plata se desarrollaría como futbolista del primer equipo durante tres temporadas. En la 74/75 llegó el ascenso a Primera, donde ya jugó hasta su retirada en la 83/84, con dos participaciones en la Copa de la UEFA. En la entrevista de Manuel Lara para 'El Correo' antes citada, a Blanco le intentan colocar el sobrenombre de Halcón -no cuajó- por ser "como futbolista un hombre fuerte, un hombre duro, un hombre viril, como afirman los que quieren salvar lo insalvable (...) Para entendernos pronto y bien, es un 'leñero'". Con los años, Blanco -que llegó a debutar con la selección olímpica- fue mucho más que eso. Un ejemplo de casta y coraje, pues nadie encarnó como él esas palabras del himno del Sevilla. Su personalidad arrolladora le llevó a capitanear una entidad con la que se identificó desde su llegada siendo un niño. "Lloré en Bilbao por desolación. Porque el Sevilla no merece lo que le está pasando. Lloré y no me avergüenzo ya que creo que los hombres también lloran en algunos momentos", reconocía en otra entrevista de la época el ya por entonces capitán nervionense.

Otros tiempos
Pablo Blanco, el menor de tres hermanos y huérfano de padre desde muy pequeño, tuvo su primer gran salario de mil pesetas (6 euros al cambio hoy). Esas mil pesetas fueron subiendo. Seis mil, luego 16.000. En los 70, había primas de 40.000 pesetas por empatar en el campo del Betis o por ganar el Trofeo Ciudad de Sevilla. Por entonces Blanco presumía de conducir un R-5 -aunque el coche con el que soñaba era un 1.430 o un 1.600 especial- y no se definía como antibético -"aunque prefiero que pierdan"-. Era una época en la que la guerra dialéctica con los delanteros era una batalla constante y en la que el propio Blanco destacaba a Pepín (Espanyol), Baena (Cádiz) o Uriarte (Athletic). También en aquella época la mili influía en la carrera de un futbolista. Por ejemplo, Blanco se incorporó más tarde que sus compañeros en su segundo año como miembro del primer equipo de la temporada por cumplir con el servicio militar.

Después de trece temporadas y 415 partidos -segundo con más choques de la historia del club por detrás de Jesús Navas- Blanco colgó las botas en 1984 para pasar directamente a los despachos a la secretaría técnica del Sevilla, e incluso siguió entrenándose con el primer equipo.

Durante su carrera sólo defendió los colores del Sevilla, anotó nueve goles y, pese a su fama de leñero, fue expulsado únicamente en dos ocasiones. El Sevilla ha sido su vida y al finalizar su etapa en la secretaría técnica pasó a ser director de la prolífica cantera nervionense. Bajo su mandato de la carretera de Utrera han salido campeones del mundo como Marchena, Sergio Ramos y Jesús Navas.